Ciencia

Bashiri, “El Intocable”: la momia que los científicos no se atreven a tocar desde hace más de un siglo

La momia fue descubierta en 1919, está cubierta por vendajes que imitan las pirámides de Giza y sigue en el Museo Egipcio de El Cairo sin que nadie se atreva a desenvolverla.

La momia de Bashiri, “El Intocable” descansa desde hace más de un siglo en el Museo Egipcio de El Cairo.
Mariano Tovar
Empezó a trabajar en AS en 1992 en la producción de especiales, guías, revistas y productos editoriales. Ha sido portadista de periódico, redactor jefe de diseño e infografía desde 1999 y pionero en la información de NFL en España con el blog y el podcast Zona Roja. Actualmente está centrado en la realización de especiales web e historias visuales
Actualizado a

Si buscamos momias u objetos icónicos del antiguo Egipto, nos vendrán a la cabeza Tutankamón y Ramsés II o el busto de Nefertiti, pero en el Museo egipcio de El Cairo se esconde desde hace más de un siglo una de las momias más enigmáticas de la historia: Bashiri, “El Intocable”.

Fue descubierta en 1919 en el Valle de los Reyes por el mítico egiptólogo Howard Carter, el mismo que descubrió tres años después la tumba de Tutankamón. Lo curioso es que ninguno de los de su equipo se atrevió a desenvolverla para ver su interior, como sí se hacía sin pudor con la mayoría del resto de momias. Y Bashiri sigue así, envuelta en sus vendajes originales de lino sin que nadie se atreva a tocarla.

El motivo es que el vendaje que la cubre es un auténtico rompecabezas con patrones intrincados que parecen imitar las pirámides de Giza. Nadie se siente capaz de desmontar el complicado trabajo para poder estudiar el interior de la momia, y volver a montarlo al finalizar para dejarlo exactamente como estaba. Sin olvidar la fragilidad de la tela de lino. Además, se encuentra en un estado de conservación tan bueno, que los egiptólogos han conseguido grandes avances en el estudio de las técnicas egipcias de momificación sin tener que desenvolverla.

Otro gran misterio es quién descansa bajo las vendas. Unas inscripciones parcialmente legibles junto a los vendajes sugieren el nombre de Bashiri (profeta en árabe), o quizá el de Neno, pero nadie sabe a ciencia cierta quién era esa persona. Se sabe que es un varón, de 1,67 de altura, que vivió en el periodo ptolemaico a principios de III a.C. La complejidad de los vendajes hace suponer que era una figura de alto rango, pero nadie sabe exactamente los motivos de un vendaje único que ni siquiera se usó en los grandes faraones. Ese cuidado tan especial puede tener su explicación en el gran respeto que sintieron por él sus allegados.

El uso de radiografías, tomografía computarizada e imágenes tridimensionales han permitido descubrir algunos de los secretos que esconde Bashiri en su interior. Se han encontrado numerosos amuletos colocados estratégicamente entre los vendajes para proteger al difunto en su viaje al más allá. Entre ellos hay escarabajos como símbolo de la regeneración, ojos de Horus como protección, ankhs para la vida eterna y djeds para dar fuerza. También han aparecido anillos y collares, fragmentos de papiro con inscripciones jeroglíficas y figuritas de barro conocidas como ushebtis que se convertirían en sirvientes en la otra vida. Todos los objetos están hechos con oro, piedras preciosas o cerámica.

Noticias relacionadas

Bashiri, “El Intocable”, seguirá en el Museo de El Cairo sin que nadie se atreva a profanarlo, y pendiente de la aparición de más técnicas de investigación no invasivas que puedan seguir revelando sus secretos.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:

Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Tu opinión se publicará con nombres y apellidos

Te recomendamos en Ciencia

Productos recomendados