Ciencia

Investigadores salen de España y en la selva tropical se topan con un hallazgo que sacude la historia de la humanidad

Un descubrimiento en la selva tropical de Costa de Marfil desafía las teorías sobre los primeros asentamientos humanos.

Yacimiento arqueológico de Bété I en Costa de Marfil
Jimbob Blinkhorn, MPG
María Dávila
Actualizado a

Un equipo internacional de investigadores ha realizado un hallazgo sorprendente en la selva tropical de Costa de Marfil, que podría reescribir parte de la historia de la humanidad. En la espesa vegetación del Bosque de Taï, los arqueólogos han encontrado pruebas de que los primeros humanos habitaron este entorno hace aproximadamente 150.000 años. Este descubrimiento desafía la teoría predominante de que los Homo sapiens primitivos solo ocupaban sabanas y entornos abiertos hasta tiempos mucho más recientes.

Hasta ahora, las pruebas más antiguas de ocupación humana en selvas africanas se remontaban a hace unos 18.000 años, lo que implicaba que las densas junglas eran ambientes hostiles y difíciles de colonizar por las primeras comunidades humanas. Sin embargo, el hallazgo en Costa de Marfil sugiere que nuestros ancestros fueron capaces de adaptarse mucho antes a estos entornos, lo que replantea las hipótesis sobre la expansión del Homo sapiens dentro del continente africano.

Evidencias científicas

El equipo de investigadores utilizó técnicas avanzadas para analizar los restos arqueológicos encontrados en la selva, como la Luminiscencia Ópticamente Estimulada (OSL) y la Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR). Gracias a estos métodos, pudieron determinar que la presencia humana en la región comenzó hace 150.000 años y continuó, de manera intermitente, hasta hace unos 12.000 años.

Entre los restos hallados se encontraron herramientas de piedra tallada, utilizadas posiblemente para la caza y la recolección de alimentos. Esto indica que los Homo sapiens que habitaron la selva desarrollaron estrategias específicas para sobrevivir en un entorno radicalmente diferente a la sabana, caracterizado por la alta humedad, la densa vegetación y la presencia de numerosos depredadores.

Además, los investigadores han identificado fragmentos de carbón y restos de fogatas, lo que sugiere que estos grupos humanos dominaron el uso del fuego en la selva tropical. Esto habría sido crucial para su adaptación, ya que el fuego no solo proporcionaba calor y protección, sino que también ayudaba a hacer los alimentos más digeribles y seguros para el consumo.

¿Cómo lograron sobrevivir en la selva?

Uno de los aspectos más intrigantes de este descubrimiento es cómo lograron los Homo sapiens primitivos adaptarse a un entorno tan exigente. Según la investigadora Eslem Ben Arous, líder del estudio, el hecho de que estos grupos humanos prosperaran en la selva tropical hace 150.000 años sugiere que desarrollaron estrategias innovadoras para cazar, recolectar alimentos y fabricar herramientas.

Se cree que su alimentación se basaba en una combinación de frutas, raíces y carne de animales pequeños. También es probable que recurrieran a técnicas de caza en grupo, utilizando lanzas y trampas para atrapar presas en la espesa vegetación. Otro punto clave en su supervivencia pudo haber sido el uso de refugios improvisados o incluso la ocupación de cuevas naturales en la zona.

Este hallazgo también abre nuevas preguntas sobre la interacción entre los primeros humanos y su entorno. Algunos expertos sugieren que la exposición prolongada a selvas tropicales pudo haber influido en la evolución biológica y cultural de la especie, favoreciendo el desarrollo de habilidades cognitivas y de cooperación social necesarias para sobrevivir en un ambiente tan complejo.

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El descubrimiento en la selva de Costa de Marfil no solo desafía la idea de que los primeros Homo sapiens se limitaban a vivir en zonas abiertas, sino que también invita a replantear cómo fue la dispersión de nuestra especie por el mundo. Los investigadores creen que estos grupos humanos pudieron haber utilizado las selvas tropicales como corredores para moverse a otras regiones de África y más allá. Si esto se confirma, significaría que la expansión de nuestra especie fue mucho más diversa y flexible de lo que se pensaba anteriormente.

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