Los científicos se topan con un nuevo hallazgo sobre el planeta más grande del sistema solar
Según un nuevo estudio, publicado en la revista ‘Nature Astronomy’, Júpiter tenía en sus inicios el doble de diámetro que actualmente.


Dentro de nuestro sistema solar, Júpiter es el planeta más grande. Más de 142.000 kilómetros de diámetro, superando a Saturno (120.000), Urano (51.000) y Neptuno (49.000). Estos cuatro forman parte de un selecto grupo, como son los planetas gigantes. Todos ellos, muy lejos del resto: el quinto en discordia es la Tierra, son ‘solo’ 12.756 kilómetros de diámetro.
Una distancia que, en el origen de Júpiter, era incluso mayor. El gigante gaseoso del sistema solar, según una reciente investigación, era dos veces más grande que en la actualidad. Además, contaba con un campo magnético también más potente. Unas condiciones lejanas, pues se remiten a unos 3,8 millones de años después de la formación de los primeros sólidos en el sistema solar.
El estudio, publicado en la revista Nature Astronomy, se centra en las pequeñas lunas del planeta: Amaltea y Teba, que orbitan más cerca de Júpier que Ío, la más pequeña de las cuatro grandes lunas galileanas del planeta. Konstantin Batygin, profesor de ciencias planetarias de Caltech, y Fred C. Adams, profesor de física y astronomía en la Universidad de Michigan, analizaron las órbitas inclinadas de Amaltea y Teba para determinar el tamaño original de Júpiter.
Así, concluyen que su radio original tenía un volumen equivalente a más de 2.000 tierras, con un campo magnético unas 50 veces más fuerte que el actual. “Es asombroso que, incluso después de 4.500 millones de años, aún existan suficientes pistas para reconstruir el estado físico de Júpiter en los albores de su existencia”, destaca Adams.
“Un valioso punto de referencia”
Los resultados de este estudio, según un comunicado difundido por Caltech, aportan detalles clave sobre las teorías presentes respecto a la formación de los planetas. Unas teorías que sugieren que Júpiter, como otros planetas gigantes alrededor de otras estrellas, se formaron a través de la acreción de núcleo, un proceso por el que el núcleo rocoso y helado acumula gas rápidamente.
Batygin, uno de los responsables del estudio, asegura que, pese a estos hallazgos, los compases iniciales de Júpiter como planeta todavía están marcados por la incertidumbre. No obstante, pone en valor las nuevas aportaciones del estudio. “Lo que hemos establecido aquí es un valioso punto de referencia. Un punto a partir del cual podemos reconstruir con mayor seguridad la evolución de nuestro sistema solar“.
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