Sociedad

Acusan a España de construir la mayoría de las nuevas casas en lugares donde la gente no quiere vivir

El desajuste entre oferta y demanda en el mercado inmobiliario español agrava la crisis habitacional.

Acusan a España de construir la mayoría de las nuevas casas en lugares donde la gente no quiere vivir
EFE/Miguel Toña
María Dávila
Actualizado a

España enfrenta una paradoja en su mercado inmobiliario: la construcción de nuevas viviendas se está concentrando en zonas con menor demanda, mientras que, en grandes ciudades y áreas metropolitanas, donde la necesidad habitacional es más alta, los nuevos proyectos son insuficientes. Este fenómeno genera preocupación entre expertos y ciudadanos, ya que no solo dificulta el a la vivienda en las zonas donde realmente se necesita, sino que también aumenta los precios en mercados tensionados como Madrid y Barcelona.

Según un informe de la consultora Atlas Real Estate Analytics, el 61% de las viviendas iniciadas en España se encuentran en diez provincias, muchas de ellas con baja demanda y una oferta inmobiliaria ya abundante. Por ejemplo, provincias como Toledo, Guadalajara o Tarragona están viendo un auge en la construcción, a pesar de no ser los destinos más deseados por los compradores.

El problema radica en que los promotores priorizan las zonas donde el suelo es más barato y los permisos de construcción más accesibles, en lugar de enfocarse en áreas donde la demanda es más alta. Este desajuste se traduce en urbanizaciones semiabandonadas, sobre todo en localidades periféricas, mientras que, en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, el a la vivienda sigue siendo un desafío para miles de ciudadanos.

La construcción de viviendas está estancada

Mientras tanto, en Madrid y Barcelona, la construcción de nuevas viviendas está prácticamente estancada. En la capital española, la edificación de viviendas nuevas cayó un 1,47% en 2024, mientras que en Barcelona el crecimiento fue de apenas un 1,95%. Estos datos contrastan con la necesidad habitacional de ambas ciudades, donde los precios de compra y alquiler han seguido una tendencia alcista debido a la escasez de oferta.

Los expertos explican que esta situación se debe a múltiples factores, como la falta de suelo disponible, las restricciones urbanísticas y la lentitud en la concesión de licencias. Además, la inversión en vivienda pública ha sido insuficiente para compensar esta carencia, lo que ha llevado a que los ciudadanos tengan cada vez más dificultades para encontrar un hogar a precios asequibles.

El hecho de que se construyan viviendas en lugares con baja demanda no solo afecta a los compradores y arrendatarios, sino que también tiene un impacto en el mercado inmobiliario en general. La sobreoferta en ciertas regiones puede provocar la depreciación de las viviendas en esas zonas, afectando la rentabilidad de los promotores y generando problemas en la financiación de nuevos proyectos.

Por otro lado, en las áreas con alta demanda, la escasez de viviendas nuevas contribuye al encarecimiento de los precios, lo que agrava aún más la crisis de a la vivienda. En ciudades como Madrid y Barcelona, el precio del alquiler ha subido un 8,3% en el último año, según el portal Idealista, haciendo que cada vez más personas tengan que buscar alternativas fuera del núcleo urbano.

Medidas para equilibrar el mercado

Ante esta situación, el sector inmobiliario y las istraciones públicas están tratando de encontrar soluciones para corregir el desajuste. Algunos municipios están impulsando cambios en la normativa urbanística para facilitar la construcción en zonas donde realmente se necesita. Por ejemplo, en el área metropolitana de Barcelona, se han aprobado proyectos como la transformación de 32 hectáreas en Gavà y Viladecans, donde se construirán 2.700 viviendas, casi la mitad de ellas protegidas.

Además, los expertos insisten en la necesidad de fomentar la construcción de vivienda asequible en los principales núcleos urbanos, así como en mejorar la planificación urbana para evitar que se repitan errores del pasado, como la creación de urbanizaciones fantasma en lugares sin suficiente infraestructura ni demanda real.

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Mientras tanto, los ciudadanos siguen enfrentándose a un mercado inmobiliario cada vez más complejo, donde encontrar una vivienda adecuada y a un precio razonable se ha convertido en una tarea difícil. La esperanza está en que las nuevas políticas y proyectos logren cambiar esta tendencia y alineen mejor la oferta con la demanda real del país.

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