Alemania descubre la tendencia en España a tener gallineros de autoconsumo y destaca su lado oscuro
Un medio de comunicación alemán resalta lo encarecida que esta la vida en sitios como Mallorca y la tendencia de cada vez más personas de tener sus propias gallinas para consumir.
La inflación es algo ya cotidiano en el vocabulario popular. El alza de los precios desde hace varios años está convirtiendo algunas normalidades de antaño en auténticos lujos. La pandemia y las guerras, tanto convencionales como comerciales, han hecho que vivir en algunos sitios sea especialmente caro. Ese es el caso de Mallorca, que según el Instituto nacional de Estadística (INE), ha visto encarecidos todos los productos del mercado, excepto la ropa de bebé, que se ha abaratado un 2%.
Es especialmente llamativo el caso del aceite de oliva, que ha aumentado su precio en un 67,3 % desde 2020. En la capital balear, y en otros lugares, el considerado ya “oro verde” cuenta incluso con dispositivos antirrobo en numerosos supermercados. Otros productos básicos que han sufrido incrementos de precio significativos son el cordero (50,2 %), el azúcar (49,4 %), la fruta fresca (42,3 %) y los huevos (40,6 %), según cifras recogidas por el diario Última Hora a partir de los datos del INE.
Tener gallinas propias puede salir rentable
La presidente de la Asociación de Comerciantes de Alimentación y Bebidas de las Islas Baleares, Joana Torres, ha advertido recientemente que los precios de los huevos, concretamente, podrían aumentar aún más si se certifica la exportación de este bien a Estados Unidos, elevando el coste hasta un euro por unidad y provocando un posible desabastecimiento en las islas.
Frente a esta escalada, surge una tendencia cada vez más visible en Mallorca: la cría de gallinas propias. Según reporta Última Hora, más de 3.000 pequeñas explotaciones autosuficientes ya están registradas oficialmente en la isla, reflejando un cambio de hábitos impulsado por la necesidad de reducir los gastos cotidianos y asegurar el a productos básicos como los huevos.
Esta inflación generalizada no solo afecta a alimentos. La electricidad, el gas y el agua han registrado un incremento del 45,6 % en el último lustro, mientras que el turismo ha subido un 24,2 %, los servicios un 20,7 % y las actividades de ocio un 13,4 %, según el mismo informe del INE.
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