Compra un cuadro en un mercadillo de Francia y resulta ser una obra de incalculable valor histórico: “Me impactó el sello y decidí comprarlo”
Un empresario y coleccionista de arte italiano lo adquirió sin saber que era una obra de Amedeo Modigliani.


A veces solo hace falta intuición y un golpe de suerte para cambiar tu vida y, de paso, escribir una página más en los libros de historia de la pintura. Esto es precisamente lo que ocurrió con Paolo Guzzini, un mercadillo en Francia y un cuadro de Amedeo Modigliani.
Hace 15 años, Paolo Guzzini, un empresario y coleccionista de arte de Italia paseaba por un mercadillo de Le Mans, Francia, cuando un retrato le llamó la atención. Guzzini se fijó en la obra porque tenía un sello en la parte trasera de la tela que indicaba que había estado en un taller de Montmartre, pero en aquel momento no sabía que estaba comprando un cuadro de uno de los artistas más importantes del siglo XX.
El valor del cuadro
Aunque en el momento de la compra no se podía atribuir el cuadro a ningún artista, no se puede decir que fuese una adquisición barata. Guzzini se dejó llevar por su intuición de coleccionista y pagó varios miles de euros. Sabía que la obra era especial. Tras hacerse con la obra, visitó al historiador Alberto Mazzacchera, que fue el primero en comentar que podía tratarse de un Modigliani.
La clave es que Modigliani destacó por realizar retratos de figuras con caras y cuellos alargados, características que cumplía el cuadro comprado por Guzzini. El coleccionista ó con Christian Parisot, director del Archivo Modigliani de Roma que rápidamente se interesó en la obra.
La autoría de la obra
Con la firme sospecha de que se trataba de un cuadro de Modigliani, se realizaron exámenes radiológicos con el fin de analizar la tela y los colores. Se encontró una obra inacabada debajo de la pintura principal, y se comprobó que la tela era de principios del siglo XX. Además, se identificó un color llamado ‘blanco económico’ que utilizaba Modigliani en aquella época.
Por si todo esto fuera poco, se descubrió que la persona retratada en el cuadro era Mario Cavaglieri, un pintor que fue amigo de Modigliani. Tras concluir que era una obra del pintor italiano, el cuadro se incluyó en el Archivio Modigliani de Roma.
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