El aparato eléctrico que siempre debemos desenchufar antes de ir a dormir para que la factura no se duplique
Desenchufar este dispositivo puede evitar tanto gastar innecesariamente como provocar un accidente en casa.
Aunque parezca inofensivo, el cargador del móvil que se suele dejar enchufado durante toda la noche —incluso cuando no está conectado al teléfono— puede ser responsable de una parte significativa de ese extraño aumento en la factura de final de mes. Esta práctica, tan extendida como ignorada, contribuye al fenómeno conocido como consumo fantasma, y tiene consecuencias tanto económicas como medioambientales.
También llamado standby power, este fenómeno se refiere a la electricidad que utilizan los dispositivos cuando no están en uso activo pero siguen conectados a la red eléctrica. Este tipo de consumo pasa desapercibido porque no está vinculado al funcionamiento visible del aparato, pero su efecto es acumulativo.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), hasta un 11% del consumo anual de electricidad de una vivienda media puede deberse a aparatos en modo de espera. A escala global, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) calcula que este tipo de consumo representa más de 400 teravatios hora al año, suficiente para abastecer decenas de millones de hogares.
En este contexto, los cargadores de móviles son una de las fuentes más comunes del “consumo fantasma”. A raíz de lo que vaticinan entidades como Energy Saving Trust o Natural Resources Canada, uno de estos dispositivos, enchufado y sin usar, puede consumir entre 0,1 y 0,5 vatios por hora. Traducido a un año completo, esto supone entre 5 y 10 kWh de consumo adicional, lo que equivaldría a dejar encendido el televisor entre 50 y 100 horas.
No solo gasta y contamina, también se degrada
Más allá del consumo energético, mantener los cargadores constantemente enchufados tiene otras implicaciones. El flujo de corriente constante genera un leve calentamiento que, con el tiempo, puede degradar los componentes internos del cargador, reduciendo su vida útil y aumentando la necesidad de reemplazos. Además, aunque es poco frecuente, algunos modelos defectuosos o de baja calidad pueden representar un riesgo para la seguridad del hogar si se sobrecalientan o generan chispas cerca de materiales inflamables, especialmente durante la noche.
Por tanto, los beneficios de desenchufar el cargador antes de dormir se hacen evidentes. Permite reducir el consumo eléctrico, alargar la vida útil del dispositivo y contribuir a la seguridad doméstica. A su vez, el ahorro también es significativo. Según el IDEA, este gesto, aplicado de forma sistemática cada noche, podría reducir la factura eléctrica mensual en torno al 5% o más. Y desde una perspectiva ambiental, cada kilovatio hora que se deja de consumir implica menos demanda para las centrales eléctricas, lo que se traduce en una menor emisión de gases de efecto invernadero.
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