Encuentran una puerta cerrada por una gran piedra y los arqueólogos se topan con un tesoro ruso milenario: “Es un gran éxito”
Un lugar metafísico, dónde se han encontrado restos de huesos, esmeraldas, piedras rojas y oro.

Un grupo de arqueólogos han descubierto una tumba en la región de Alkhan-Kala, Chechenia, cuyos restos y ajuares encontrados pueden alterar el conocimiento de la cultura alaniana. El sitio funerario proviene del siglo XV y el enterramiento pertenece a un personaje masculino de alto rango. La tumba fue encontrada a 9 metros de profundidad cubierto por una losa de piedra que funcionaba como puerta de entrada. Además, de los huesos encontrados también se hallaron armas blancas, arneses de caballos, brazaletes de oro y varios objetos de madera empleados para rituales fúnebres.
El descubrimiento fue liderado por Vladimir Malashev, arqueólogo principal del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia. En palabras del arqueólogo, este hallazgo supone un “gran avance”, ya que el enterramiento se encontraba intacto, algo sorprendente debido a que habitualmente la mayoría de los túmulos funerarios eran saqueados.
Estructura funeraria con miles de años de historia
El túmulo funerario consiste en una colina artificial construida a base de piedras, barro y madera, dónde se alberga el difunto juntos a sus posesiones materiales. Sin embargo, este tipo de enterramiento supone un símbolo de autoridad e identidad, por lo que los restos de huesos pertenecían a una figura con relevancia dentro de la cultura alaniana del siglo XV. Por otro lado, una de las grandes características que identifica la cámara fúnebre, es su extrema profundidad, la cual llega hasta los 9 metros. Esta profundidad no se muestra al azar, sino que se realizó con la intención de mostrar el rango del difunto. De esta manera, queda totalmente aislado del “mundo de los vivos” para ser reemplazado en el “reino de los muertos”.
A la entrada de la cámara funeraria se encontró el esqueleto de un caballo y dentro de la cámara, varios arneses elaborados cuidadosamente con oro, granates y turmalinas. Además, también se encontraron varias joyas, piezas de madera y brazaletes de oro, que dan valor a la figura del difuntos enterrado. Se cree que todos estos artilugios eran empleados a la hora de realizar los ritos funerarios o cultos ancestrales locales, parecido a lo que se practicaba en el Valle de los Caídos en el Cáucaso.
Una relación entre Oriente y Occidente
La cultura de los alanos proviene de un pueblo al este de Irán, perteneciente a la gran familia sármata. Fueron mencionados por los romanos en el siglo 1 d.C, quiénes los describieron como fantásticos jinetes nómadas cuando descubrieron su cultura. Pese a que son una cultura que ha tenido un papel marginal en las narrativas históricas, los alanos han sido una cultura muy influyente en el tráfico cultural y comercial de la Eurasia de la Antigüedad tardía.
Establecieron relaciones con los romanos, los persas e incluso siguieron en algunas incursiones a los piratas provenientes del norte de África. Sin embargo, pese a la gran cantidad de relaciones comerciales que enlazaron, mantuvieron su propia lengua, cultura y tradiciones, hasta su asimilación parcial al mundo osetio medieval.
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