Santi Giménez

Una muchedumbre entusiasmada celebró con el equipo la forma de ganar que va más allá de lo que ha logrado un grupo que puede marcar una era.

La Liga de Mbappé apesta a ser la Liga de Petrovic. Ambas las ganó el Barça cuando nadie daba un duro por los blaugrana.

Ganar una final al Real Madrid, remontando y en la prórroga, territorio favorito de los blancos, tiene un mérito brutal. Ojo con la euforia desmedida.

El FC Barcelona se impone a un buen Real Madrid en la prórroga gracias a un Lamine Yamal mágico y a un Koundé superlativo.