Montero vale unas semifinales de la ACB
La constante exhibición del base dominicano, 36 puntos finales, dejan al Gran Canaria en la cuneta. El Valencia Basket sentenció en la prórroga.

Por la ley de Jean Montero. Así se describe la victoria de esta noche del Valencia Basket (94-102) y su correspondiente clasificación para las semifinales de la Liga Endesa, donde le espera dese el próximo martes 10 La Laguna Tenerife.
RESUMEN
102 - VALENCIA BASKET: Badio (17), Montero (36), Puerto (5), Pradilla (16) y Reuvers (6) --quinteto inicial--; De Larrea (3), Jones (7) , López-Arostegui (3), Sestina (2), Ojeleye (-), Costello (7).
PARCIALES: 24-16, 22-27, 26-24, 18-23, 4-12.
ÁRBITROS: Aliaga, Serrano y Oyón. Sin eliminados.
PABELLÓN: Gran Canaria Arena.
El base dominicano, criado en la cantera del Gran Canaria y que plantó de malas maneras al equipo que le vio crecer para buscarse un futuro mejor en otro lado, decidió el partido con 36 puntos, 41 de valoración y una insultante sensación de superioridad en todo momento. Ese primer paso no lo tiene nadie, lo que unido a su manejo de balón y la rapidez con la que ejecuta cualquier movimiento, calidad infinita a un lado, hacen pensar que su futuro profesional, más pronto que tarde, está al otro lado del Atlántico. Su goteo anotador fue constante y en la prórroga decidió.
Es el récord de puntos y de valoración de un jugador de 21 años o menos en playoff. Supera los 31 tantos de Jordi Villacampa y los 37 créditos de Pau Gasol. Y el tope en anotación (Shammond Williams y Justin Doellman, 29) y en créditos (Shammond Williams, 36) del Valencia en la postemporada.
Mientras, el Gran Canaria acaba la temporada con una notable sensación de oportunidad perdida de forzar el tercer partido, y quién sabe si de llegar a la antesala de la final. Fue ganando casi siempre y por medio de Albicy forzó la prórroga cuando todo parecía perdido. En los cinco minutos adicionales no pudo hacer hacer nada ante el huracán dominicano.
Más ansioso que su rival por aquello de haber perdido el primer partido, el Granca saltó a la cancha dispuesto a comerse este duelo a bocados, y qué mejor forma de hacerlo que de tres en tres. Así, con los flechazos desde la periferia de Albicy, Shurna y Homesley, este por partida doble, los locales ya doblaban a su rival en el marcador, 18-9, lo que por supuesto obligaba a Pedro Martínez a parar el duelo. Dos tiros libres de Homesley, 10 puntos ya, le dieron el primer más 10 a los de amarillo: 22-11. Al Valencia Basket no le quedaba más remedio que sacar el paraguas para evitar el chaparrón, lo que le permitió acabar con dignidad, y ocho puntos de desventaja (24-16), el primer acto de esta función de cuartos de final.
Seguía la hueste de Lakovic martilleando desde el extrarradio, siendo ahora el turno de Kljajic nada más iniciarse el segundo parcial. Fueron estos unos minutos desconcertantes para todas y todos, con notables parciales a favor de unos y otros. Costello abrió desde el 6,75 la veda de una remontada que Montero, desde idéntica distancia, había dejado a tiro: 30-28. Como siempre, acudió Albicy al rescate de los suyos comandando un serial de 11-2 que se abrochó con un triple de Salvó para el 41-30. Entraron al trapo Jones y De Larrea también desde la frontera, y aquellos tres tiros libres que Conditt le regaló a Montero a menos de un segundo para el descanso fueron creatina para el Valencia Basket, que apenas perdía 46-43 cuando ambos equipos dirigían sus pasos hacia los vestuarios del fogoso Gran Canaria Arena.
Montero, por supuesto, fue el gran protagonista al alba de la segunda parte. El base dominicano, espoleado por las críticas de una afición que no olvida su actitud desagradecida con el club que tanto le dio desde su cantera, estaba dando una auténtica exhibición ofensiva. Mejor escrito, otra más. Tanto fue así que, de pronto, se cascó nueve puntos del tirón, 22 por aquel entonces, dos triples y un 2+1 que le sacó a Tobey, para empatar a 54, primera vez en todo el partido, salvo el 0-0 inicial, en la que su equipo no iba por debajo en el marcador.
Se agarraba entonces el Granca al característico latigazo de Shurna, sacando con él tres triples casi consecutivos para mantener con ventaja a la hueste insular: 65-64. El duelo se había convertido en un intenso intercambio de golpes, como los que estuvieron a punto de darse Conditt y Costello en un enganchón que, por suerte para el espectáculo, no pasó a mayores.
Brussino, desaparecido hasta entonces, emergió en el comienzo del último cuarto con cinco puntos para espolear a los suyos hasta el 81-72. No le quedó más remedio a los visitantes que sacar a pasear todo su arsenal. Si primero se entonó Pradilla desde la frontera, después lo hizo Montero con tres tiros libres (26 puntos) antes de que Badio y Jones pusieran el empate a 83, con el que Lakovic quiso hacer un receso y reunir a su tropa.
El goteo constante de Pradilla en ambas canastas se hizo todavía más patente cuando más caliente estaba el duelo. Así, primero con un palmeo y después con un triple frontal, le dio al Valencia la máxima diferencia hasta entonces: 85-90. Ansioso por ver que se le escapaba el partido y con ello decía adiós a la temporada, el Granca comenzó a desperdiciar ocasiones de igualar el marcador hasta que Albicy, el de siempre, se puso cabezón. Resulta que el base francés le sacó tres tiros libres a Reuvers en un ataque condenado al fracaso de no ser por su legendaria astucia, esa que le permitió empatar a 90, cuando todo parecía perdido para los suyos, desde la línea del 4,70.
Quedaban apenas 27 segundos de partido por delante, y el enredo de Jones y Montero en el último ataque visitante le regaló casi cinco a un Gran Canaria que, de pronto, tenía en la mano la posibilidad de igualar la serie y pegarse otro viaje a Valencia. A Albicy se le hizo esta vez de noche cuando llegó debajo del aro rival pero todavía quedaba un segundo de esperanza local. Sacar algo productivo en tan poco tiempo es casi imposible, así que la prórroga estaba servida.
En el tiempo extra la menuda figura de Montero se agigantó aún más, coronando así un partido colosal, una exhibición que le permitió a su equipo empaquetar, por fin, esta eliminatoria de cuartos de final. Aprovechando la inercia de aquel triple de Badio, apiló otros cuatro puntos consecutivos para despegar a su equipo hasta el 92-99 con el que, ahora sí, quedaba sentenciado el duelo. Le pareció poco, así que su triple posterior culminó una maravillosa estadística de 36 puntos, 9 rebotes y tres asistencias que valen unas semifinales de la ACB. Savia nueva contra la eterna. Le espera Marcelinho Huertas.
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