El Movistar Estudiantes falla de nuevo en su intento de ascenso
El Betis vence en las semifinales de la Final Four a los colegiales, que repetirán en Primera FEB por 5º año. Hughes, héroe en los sevillanos: 28 puntos.

El Movistar Estudiantes está maldito. Una temporada más, en otra Final Four más de ascenso, la tercera desde que cayó al infierno de la Primera FEB, los colegiales fallaron en su intento de regresar a la Liga Endesa. Otra vez a medio camino. Otra vez delante de una afición que acudió a la llamada y que terminó abatida. Otra vez. Llegaron en masa, casi 4.000 ramireños que hicieron suyas las gradas, pero que por quinta vez tendrán que ver a los suyos repetir en la segunda categoría del baloncesto español... con la duda de si Granger seguirá y con un mensaje de Natxo Lezkano en rueda de prensa que parecía de despedida.
Su verdugo fue el Betis, que con todo el oficio de sus veteranos (Benite, Renfroe, Cvetkovic), los buenos minutos de Randoncic y Jelinek se dispararon en el primer tiempo para luego mantener la calma en el segundo para llevarse la semifinal (82-86). Aunque hay un héroe por encima del resto: Mark Hugues. El estadounidense castigó hasta el límite a su exequipo desde fuera (4 de 5), desde la personal (12 de 13) y en velocidad por la zona. Finalizó con 28 tantos, 6 en el último minuto para dejar a los madrileños, de nuevo, con lágrimas en los ojos.
RESUMEN
86 - Betis (21+21+22+22): Renfroe (7), Hughes (28), López de la Torre (7), Suárez (0), De Bisschop (5) -equipo inicial-, Olumuyiwa (2), Radoncic (9), Benite (10), Cvetkovic (6), Kasibabu (2), Jelinek (10).
Árbitros: Germán Morales, Víctor Mas y Juan Ramón Hurtado. Eliminaron por faltas personales a De Bischopp (minuto 37) y a Olumuyiwa (min. 38).
Incidencias: Partido de semifinales de la Final a Cuatro Primera FEB disputado en la Caja Mágica de Madrid ante 6.000 espectadores.
En los de Jayson Granger (no concretó su futuro en el club) y en los de Adams Sola. Y también en los de Héctor Alderete, que se consolidó tras el descanso. En los de todo un grupo que fue despedido con aplausos y cánticos por los suyos, por una afición que deberá esperar, al menos, un año más para ver a los suyos retornar a la ACB.
Con menos aliento en las gradas, pero con mayor claridad en la cancha. Con más músculo y, sobre todo, con más acierto exterior, los sevillanos cogieron el mando del partido en la primera parte. Saltaron a la pista dispuestos al intercambio de golpes y a puñetazos salió Hughes victorioso. Sus primeros chispazos fueron colosales, sin falló desde el perímetro, con un 3 de 3 colocó el 5-9. De la Torre cogió el testigo perimetral (7-12). El Estu respondía con Schmidt. Granger no encontraba ritmo y la ansiedad cubría a un grupo que chocaba ante la fortaleza defensiva del Betis, que marcaba el ritmo del encuentro.
Radoncic, desde fuera, ponía el +10 (11-21) y los ramireños se pusieron las pilas con un parcial de 9-1 para el 20-22 tras un tiempo muerto de Lezkano. Con campo para trotar, las cosas se veían mejor. Los andaluces se quedaron secos durante casi seis minutos… pero su calidad se mostró infinita: Benite y Jelinek, por dos veces, embocaron de tres para, de nuevo, poner el +10 (28-38).
Al descanso, y a pesar de un par de chispazos de Granger, la ventaja seguía invariable para los béticos y su maravilloso 9 de 17 desde el triple: 32-42. Los madrileños morían desde ahí con un flojísimo 3 de 11. Su decena de pérdidas tampoco ayudaba.
A la vuelta de vestuarios, la tortilla se daba la vuelta… o casi. El Estudiantes entraba con otra mirada, con otra presencia a la cancha. Subía los decibelios en defensa y, como el día no estaba para tirar desde fuera, trató de forzar por dentro. Garino se entonaba. También Kravic. Y, sobre todo, Alderete. El canterano se jugó 15 minutos seguidos. Reboteó bien en ataque y descerrajó el triple que empataba a 55 y concluía el parcial de 18-6 en los primeros cinco minutos de la segunda parte.
El Betis no quería un partido nuevo y cada vez que su rival se disponía a abordarles, respondía. Con Cvetkovic y con Hughes. Incluso Renfroe. Los estudiantiles fallaron tres ocasiones para empatar de nuevo el duelo, siempre desde la personal. Garino y Granger erraban siempre uno de los dos lanzamientos que tenían para igualar. Y llegó el momento Hughes acompañado de algunas pérdidas evitables de los estudiantiles. Y las lágrimas colegiales y la sonrisa bética.
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