Merlier reina en el caos con nuevo show de Pogacar

Lo de Tadej Pogacar no tiene nombre. Ojo, en el mejor de los sentidos de la expresión. El esloveno es fiel a sus principios y sea cual sea el recorrido y las circunstancias aporta su dosis de espectáculo. En la quinta etapa del UAE Tour, sin esas montañas en las que tanto brilla y con 160 km llanos, Pogi se filtró en la escapada a casi 150 km de meta. Su aventura no llegó a buen puerto, pero bonificó tres segundos que amplían su renta en el liderato. Antes del desenlace en forma de esprint se desató el caos, con varias caídas que acabaron con dos de los españoles que aspiran al podio por los suelos: Pablo Castrillo y Carlos Rodríguez. Ambos cedieron casi 1 minuto en meta y necesitarán una enorme gesta en Jebel Hafeet para acceder al cajón. En la volata, donde no pudo estar Fernando Gaviria por otra montonera en los metros finales, se impuso Tim Merlier, triunfador en el caos, por delante de Malucelli (Astana) y Milan (Lidl-Trek).

La Universidad Americana de Dubái acogió la salida de la quinta etapa bajo un sol de justicia. Desde el control de firmas, numerosos corredores se dejaron ver son chalecos de hielo para reducir la temperatura corporal. Pero concretamente uno de los presentes, y no un cualquiera, no estaba dispuesto a que el ambiente se enfriase… Cinco corredores se distanciaron del pelotón en los primeros kilómetros cuando Pogacar paró a hacer sus necesidades. Nada fuera de lo común, pero con alguien tan extraordinario cabe cualquier escenario… Al regresar a la parte delantera del grupo con la ayuda de su compañero Novak, Pogi instó a su compatriota a tirar para adelante. Ante la atónita mirada de casi todos los presentes, Pogacar alcanzaba al grupo de cabeza, además de un Van Eetvelt que se unía a la causa.

Quedaban 149 kilómetros por delante y el líder de la carrera iba en fuga con otros diez ciclistas. Ver para creer. El pelotón pronto sintió escalofríos, a pesar del caluroso día, cuando comprobaron que la diferencia rozó los 3 minutos. El movimiento no era ningún farol, así que tocó organizarse por detrás a los máximos interesados en llegar al esprint: Lidl-Trek, Soudal Quick-Step, Alpecin… Incluso Bahrain colaboró, obligado por una doble causa: el esprint con Bauhaus y la general con Bilbao. La neutralización llegó a falta de 39 km, pero para entonces Pogacar ya se había garantizado no marcharse de vacío: 3 segundos de bonificación en un esprint intermedio.

Con el reagrupamiento llegó la calma, tras más de dos horas de extenuante batalla en las que se rodó a un promedio superior a los 49 km/h, es decir, el ritmo más alto de la presente edición. La tensión creció en la aproximación al esprint, y por primera vez en este UAE Tour llegaron las caídas múltiples. En la primera montonera, Castrillo y Rodríguez se vieron implicados, fuera de los 3 últimos kilómetros de protección. La segunda cortó el grupo de los velocistas, por lo que apenas un puñado de ellos estuvo en disposición de jugarse el triunfo. Ahí, Merlier selló su tercer triunfo del año, segundos antes de irse también al suelo por un despiste una vez cruzó la meta. Día de caos.

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