Ataque en Zaragoza, oro en París: “Ganar en La Vuelta me enseñó que podía”
La campeona olímpica de ciclismo, Kristen Faulkner (EF), habla con AS sobre dos de los momentos más importantes de su carrera, que conectan.
Sorprendida, Kristen Faulkner (EF Education-Oatly) no puede contener su emoción cuando AS le entrega las fotos. Son dos y retratan dos de los momentos más importantes de su carrera. En una, aparece sobre la bici, celebrando su victoria en la cuarta etapa de La Vuelta a España Femenina del año pasado, en Zaragoza; en la otra, está delante de la Torre Eiffel, posando con la medalla de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de París, en la prueba de ruta. Pese a que no lo parezca de primeras, están muy conectadas. “Las dos fotos muestran que hay que seguir tus sueños y tu corazón, nunca ceder en el empeño. Y que, si realmente crees en algo, hay que escucharlo e ir a por ello”, dice con una amplia sonrisa.
Faulkner habla con este periódico en Pedrola, antes de, precisamente, la cuarta etapa de la presente edición de La Vuelta y en la provincia de Zaragoza. Cuando, hace un año, levantó los brazos en territorio aragonés, seguramente, no se podía imaginar todo lo que llegaría después. “París no cambió la percepción que tengo de mí misma, pero sí que ha cambiado cómo me ve la gente. Desde el punto de vista mediático, estoy más solicitada que nunca y los aficionados me reconocen”, explica sobre su nueva vida como campeona olímpica. Una vida que, en realidad, empezó con su ataque en Zaragoza, a poco más de 5 kilómetros de meta y en la etapa más rápida de la historia de La Vuelta (media de 46,754 km/h).
En París, utilizó la misma fórmula, lanzándose a 3,5 km del final. “Antes de haberlo hecho en Zaragoza, no había atacado de esta manera. Mis ataques habían sido desde lejos, para rodar en solitario una hora o 45 minutos. Fue la primera vez que ataqué en el tramo final y me enseñó que podía hacerlo. Cuando salté en los Juegos, sentí esa confianza de ya haberlo logrado antes y sentía que podía llegar al final. Ahora, ya es una táctica que tengo”, relaciona la estadounidense, que viste con el maillot de campeona nacional. Este año, podría utilizarla en la sexta jornada, llana y entre Becerril de Campos y Baltanás, que señala como objetivo personal.
Entonces, podría añadir otra pica a un palmarés que ya es de mucha entidad (12 victorias) y que estrenó hace no tanto. Faulkner, de 32 años, no empezó a competir hasta los 27. Antes, y tras haber estudiado ingeniería informática en Harvard, trabajaba como analista para fondos de capital riesgo y la bici estaba en un segundo plano. Hasta que se planteó un “ahora o nunca”. “Como me sentía más feliz era sobre la bici. Además, desde pequeña había soñado con ir a unos Juegos. Tenía un trabajo muy estable, con un buen sueldo y buenos jefes. Sobre el papel, tenía la vida perfecta, pero me faltaba algo. No importa cómo de perfecta parezca tu vida en el exterior, tienes que estar completa en el interior. Y sabía que no estaría completa si no perseguía ese sueño”, reflexiona. Y atacó en Zaragoza. Y se colgó el oro en París.
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