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El Rey se quema la cara esquiando en el Pirineo

En la apertura del foro “Wake Up, Spain!”, Felipe VI bromeó sobre su rostro enrojecido tras esquiar sin suficiente protección solar en Formigal.

El Rey Felipe VI en  la inauguración de la V edición del Foro Económico Español "Wake Up, Spain!", con la cara quemada por el sol.
Ander Ordoño
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Fin de semana de nieve, sol y consecuencias visibles para el rey Felipe VI. El monarca pasó los últimos días en la estación de esquí de Formigal, en el Pirineo aragonés, acompañado por un grupo de amigos y sin la presencia de la reina Letizia. La escapada, marcada por una intensa jornada de esquí el domingo bajo un cielo despejado, terminó dejando huella en el rostro del jefe del Estado, que reapareció este lunes con visibles quemaduras solares.

Durante la inauguración de la V edición del Foro Económico Español “Wake Up, Spain!”, celebrado en la Casa de América de Madrid, Felipe VI hizo alusión a su estado físico con humor y autocrítica. “Esto es lo que ocurre cuando uno no se protege adecuadamente”, comentó en tono distendido al iniciar su discurso, arrancando las risas de los asistentes.

La estancia del Rey en Formigal coincidió con la celebración del 60º aniversario de la estación, gestionada por Aramón, cuyo presidente ejecutivo, Antonio Gericó, formó parte del grupo de acompañantes. A lo largo del fin de semana, además del esquí, Felipe disfrutó de la gastronomía local. Según informó El Heraldo de Aragón, el monarca asistió a una exclusiva cena organizada por el chef con estrella Michelin Toño Rodríguez en colaboración con el restaurante Era de los Nogales.

Aunque las condiciones meteorológicas del sábado estuvieron marcadas por una ventisca que redujo la visibilidad, el domingo se presentó con un sol radiante que, en combinación con el reflejo de la nieve, provocó las quemaduras en el rostro del Rey. Un descuido poco habitual en un esquiador experimentado como él, y que ha dado pie a una lección pública sobre la importancia de la protección solar en la alta montaña.

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La anécdota ha generado múltiples reacciones, y ha servido, involuntariamente, como recordatorio sobre los riesgos de la exposición al sol en entornos de alta reflectancia como la nieve.

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