Álvaro Benito: “Volvería a entrenar si me llega algo como el Betis, el Espanyol o el Celta”
El que fuera jugador del Madrid ha hablado sobre su salida “abrupta” del club, del día que Capello le dijo “que buscara equipo” y la lesión que dinamitó su carrera en un reportaje en el canal de YouTube ‘ComunicanDos’.

‘Una historia por contar’, así se títula el último reportaje sobre la vida de Álvaro Benito, un camino de superación a pesar de todos los baches, repleto de anécdotas y vivencias. Mucho se ha escrito sobre el que fuera uno de los jugadores más prometedores de la cantera blanca a finales de los noventa. Desde su irrupción precoz a la lesión que lo apartó para siempre del césped, hasta su polémica etapa como entrenador merengue o su posterior vida como cantante y analista deportivo. En esta ocasión, excompañeros del Real Madrid, médicos y entrenadores se abren en canal para contar, junto a él, los entresijos de la vida de un exjugador que “ya no cree en las charlas motivacionales”. Muchos testimonios y un denominador común, “era un futbolista de los que solo aparecen cada muchos años en La Fábrica”.
En él se fijó Vicente del Bosque, que por aquel entonces era jefe de la cantera del Real Madrid. “Tenía buena zurda, buen golpeo, era veloz, desequilibrante, sabía ver el juego de una manera que otros no”, explica. Álvaro, que por aquel entonces entrenaba en el Real Ávila, recaló en la cantera del Real Madrid con 14 años. “No tuve adolescencia, para jugar al fútbol hay que sacrificar muchas cosas. Mis amigos estaban bebiendo cubatas y yo en la cantera del Madrid con unos horarios super estrictos”, reconoce.
El debut de Raúl, un punto de inflexión
Después de cinco años en las categorías inferiores, Álvaro Benito debutó con el primer equipo ante el Rayo Vallecano, un momento que llegó tras el debut de uno de sus compañeros y amigos: Raúl González. “Cuando vi que él debutó, me vi con posibilidades porque veía que era igual de bueno que él”, reconoce el futbolista, que perteneció a una generación de donde salieron grandes jugadores como Guti o el ‘7’ del Madrid.

“Valdano me llamó y me dijo que empezaría a entrenar con ellos en pretemporada, entonces me fui a Ávila para entrenar mucho y llegar muy enchufado”, recuerda. Un aterrizaje en el primer equipo blanco ante el que no podía hacerse pequeño: “Compartes vestuario con jugadores que has irado toda la vida, son leyendas, pero claro, en el vestuario no debes sentir iración por nadie, tienes que mostrar ambición y competitividad porque tienes que competir por un puesto”.
Cuando debutó Raúl me vi con posibilidades porque me veía igual de bueno que él
Álvaro Benito, en el canal de YouTube 'ComunicanDos'.
Lo que él no sabía es que cuando tocó la puerta del vestuario blanco, no era un desconocido para ninguno de sus compañeros. “La llegada de Álvaro no fue una sorpresa, sabíamos el jugador que era, todos los jugadores de la cantera teníamos un vocabulario similar y por eso nos entendíamos bien”, reconoce Míchel. Unas palabras que corrrobora José Emilio Amavisca: “Ya sabíamos que iban a subir dos chavales de la cantera, que eran Guti y Álvaro y lo estaban haciendo muy bien”.
Del “madre mía” tras jugar en el Bernabéu a las lágrimas por Valdano
El tiempo se para al escuchar la pregunta. “¿Cómo fue pisar el Bernabéu?”. Álvaro se queda en silencio y esboza una sonrisa que refleja la nostalgia de lo que pudo ser y no fue: “Miraba el estadio lleno y decía ‘madre mía, es la oportunidad de mi vida’”. Valdano, su técnico en aquel momento recuerda que “lo entendía todo muy rápido y tenía una ventaja: ‘era muy madridista”. ¿La razón?: su padre. “Mi padre es entrenador y siempre me ha inculcado la compresión del juego, Jorge (Valdano) me decía: ‘si hay que crear, tu participas en la creación, si hay que finalizar, participas en la finalización, si hay que desequilibrar, lo mismo’. Siempre me he considerado un jugador de equipo”, explica.

Lo cierto es que ente él y Jorge Valdano siempre hubo una gran relación, tanto es así que, en uno de sus primeros encuentros, el Real Madrid se enfrentaba al Ajax y el técnico le dijo que “le hiciera un caño a Reiziger nada más entrar y así lo hice”. Una buena sintonía que llegó a un nivel en el que el propio Álvaro lloró tras un partido ante el Mérida, porque sabía que ese encuentro supondría la destitución del técnico. “Siempre jugaba con un gran compromiso emocional. Me acuerdo un día en Mérida, íbamos empatando, no encontrábamos el gol de ninguna manera, él le dio al palo en un disparo. Lo cambié en los últimos minutos y se puso a llorar porque sabía que me iban a echar y se sentía responsable”, recuerda Valdano.
El revés con Arsenio y Capello
El puesto de titular que Álvaro consiguió con Valdano, tuvo que volver a ganárselo con Arsenio, pues el nuevo técnico no estaba muy convencido de que Benito fuese capaz de marcar una época: “Arsenio me preguntó que en qué posición jugaba y yo llevaba ya 14 partidos de títular con el Real Madrid. Mostré mi frustación porque no jugué en los dos primeros encuentros con el Real Madrid entrenando mal, sé que no lo hice bien, de hecho, pedí volver al Castilla, sé que lo hice mal”.
Cuando Capello llegó al Madrid me dijo que me buscara equipo
Álvaro Benito, en el canal de YouTube 'ComunicanDos'.
Con la llegada de Fabio Capello en la temporada 1996/1997, la situación no mejoró. Así, el futbolista asegura que “cuando llegó Capello al Madrid me dijo que me buscara equipo, fue un golpe muy duro”. Sin embargo, el entrenador italiano le pidió semanas después que “me quedara, empecé a entrenar muy bien, estaba en mi mejor momento”.
La desgracia se “asomó” a su vida
Fue ahí, en el punto más álgido de su carrera cuando, en boca de Álvaro “la desgracia fue asomando poco a poco a mi vida”. Todo ocurrió un 12 de noviembre de 1996, jugando con la sub-21 ante Eslovaquia. El jugador sufrió lo que popularmente se conoce como una tríada en la rodilla izquierda. Una triple rotura: ligamento cruzado anterior, colateral interno y menisco interno de la rodilla.
Aquel día, sus compañeros del Real Madrid veían el partido desde casa. “Me acuerdo perfectamente de la acción, enseguida me asusté”, confiesa Míchel, que nunca llegó a pensar que “Álvaro no volviese a los terrenos de juego con normalidad, porque yo lo había vivido y pude volver, pero así fue, fue una rodilla maldita”. Fue operado nueve veces, pero una mala primera intervención le hizo nunca reponerse del todo. Y aun así, jamás se rindió. Ni pese al accidente de tráfico que sufrió el 26 de noviembre del 2000 (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, una fractura de peroné y un esguince en el ligamento lateral interno), colgó las botas.
Estábamos todos destrozados, se dejaron la vida para intentar recuperarle
Alfonso del Corral, exjefe de servicios médicos del Real Madrid.
Tras aquella lesión, alrededor de la vida del exfutbolista se abrieron dos posturas. Una, el dramatismo del jugador. Y otra, la de sus compañeros, entrenadores y médicos. “Estábamos todos hechos polvo pero no queríamos desmostrárselo, teníamos que demostrarle positividad”, reconoce Alfonso Del Corral, exjefe de servicios médicos del Real Madrid, que asegura que “se dejaron la vida para intentar recuperarle, le llevamos a Pittsburgh en EEUU pero para hacerle dos operaciones pero esa rodilla no evolucionaba bien”. Del Bosque “deseaba que se pusiera bien”, mientras que para Valdano, fue una “desgraciada lesión que interrumpió una carrera muy pero muy prometedora”.

En la otra cara de la moneda: el jugador. “Volver a jugar al fútbol era una utopía, me puse a llorar en Estados Unidos cuando vi que la última operación eran 18 meses de recuperación. Lo peor era la incertidumbre. De rodilla para abajo mi pierna se quedó muerta, no podía estar de pie ni cinco minutos”.
La herida del fútbol no la cura nada
Álvaro Benito, en el canal de YouTube 'ComunicanDos'.
“Verle tan desanimado y tan derrumbado era bastante triste”, confiesa Amavisca. El jugador nunca volvió a rendir, encadenó encuentros con el Castilla, el Tenerife y el Getafe, pero terminó anunciando su retirada. “La herida del fútbol no la cura nada, no me vi en mi plenitud, me quedé con las ganas de haber visto qué futbolista hubiese sido con 26 años. Por eso no me creo las charlas motivacionales que te dicen que si luchas y visualizas las cosas todo se consigue porque no es así. Yo hice todo eso y más”, explica el ahora comentarista, que confiesa que “cuando conocía a una chica le decía que yo era un rehabilitador de mí mismo. Yo no sabía lo que era un ligamento, me fui entrenando mientras la desgracia asomaba a mi vida”.
Su posible vuelta a los banquillos
La carrera de Álvaro Benito ha estado ligada a grandes escenarios, ya sea con un balón en los pies o una guitarra en la mano. Así, pronto aprendió a tocar este instrumento y formó uno de los grupos más consolidados en el panorama español: Pignoise. “Siempre he sido un loco de la música, pero en aquel momento el fútbol ocupaba toda mi vida, tenía inquietud por aprender a tocar la guitarra, pero nunca me puse porque nunca tuve tiempo real”. Un nuevo oficio cuya repercusión mediática no le asustó: “Al principio no nos querían ver en ningún lado, por el hecho de yo ser futbolista. Es verdad que al venir del fútbol lo bueno que tenía es que no me afectaba lo que la gente opinase de mí. Había visto un Bernabéu lleno opinando de mí, ya me daba igual lo que opinasen”.
“Solo volvería a entrenar si me llaga algo irrechazable, como el Betis, el Espanyol o el Celta”
Álvaro Benito, en el canal de YouTube 'ComunicanDos'.
No fue raro que un jugador tan prometedor recalase en los banquillos de las categorías inferiores del Madrid. Sucesión natural. Del Alevín en 2015 al Juvenil en 2019, de donde fue cesado. “Salí de una forma abrupta, quién me conoce sabe que nunca haría nada para perjudicar al Real Madrid, pero respeto la decisión que se tomó y la vida sigue, ser entrenador es lo más sufrido que hay, mi padre se preocupaba por mi salud cuando entrenaba al Madrid porque estaba todo el día pendiente de eso y bastante obsesionado”, explica Benito sobre su salida del Real Madrid.
¿Su vuelta a los banquillos? Complicada. No por falta de ganas, sino porque le sobran cosas a las que dedicarse. “Él tiene difícil volver a los banquillos porque es muy bueno es muchas otras cosas, tiene comentarios exhaustivos del juego y es un gran comentarista, también un gran cantante”. Unas palabras que corrobora el propio futbolista: “Solo volvería a entrenar si me llega algo irrechazable, como el Betis, el Espanyol o el Celta”.
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