Francia y Mbappé, relación espinosa

Le pasó en Lille y le ha vuelto a ocurrir en Guingamp (con 17.000 aficionados del Brest). Mbappé es el capitán de Francia pero no es recibido con alfombra roja y pétalos de rosa en su país desde que fichó por el Madrid. Sea por ese cambiar de país, por su famosa escapada a Estocolmo cuando había pedido saltarse una convocatoria de su selección, el consabido roce por ello con Deschamps o simplemente porque se cansaron de ser víctimas del prolífico atacante de Bondy, lo mismo da. En Guingamp fue pitado y abucheado cada vez que tocó la pelota. Pero la situación fue más llamativa aún: fue el único que recibió ese trato en el Madrid. Tanto cuando anunciaron su nombre por megafonía como cada vez que entró en o con la pelota. Como contraposición, Modric fue ovacionado por esa misma hinchada cuando fue sustituido...

En el Rondourou las únicas camisetas que se vieron del crack francés fueron entre los 400 madridistas en una esquina del estadio. Ni de Kylian con Les Bleus ni con el PSG, en este último caso ni por asomo. El partido también fue una fiesta de patria chica, con banderas de la Bretaña sa repartidas antes de entrar.

Frialdad. El ambiente con Mbappé se tornó enrarecido desde la previa. El habitual modus operandi del Madrid, que sus futbolistas entren directos al hotel de concentración sin atender a los hinchas que esperan en la puerta, no sentó bien. En el Novotel de Saint Brieuc se arremolinaron unos cien aficionados locales, la mayoría muy jóvenes, y ahí Kylian sí fue muy reclamado. Pero ni él ni Tchouameni ni Mendy, los tres ses, se pararon con ellos. De la plantilla, sólo lo hizo Alaba. En el momento los aficionados presentes dejaron patente su malestar y luego en L’Èquipe dieron voz a uno de los policías locales presentes: “Ni un saludo, ni un gesto, no hicieron nada... había niños que se habían saltado las clases y estaban esperándoles desde las 8 de la mañana...”.

Ya en el partido, el Kylian enchufado se desenchufó donde en teoría tendría que estar más cómodo, en su ambiente. En Lille forzó para jugar y sólo pudo hacerlo media hora, sin peligro, y ayer falló seis ocasiones de gol ante el Brest. En definitiva, más el Mbappé dubitativo de octubre que el que venía de arrasar a Las Palmas, el Salzburgo y el Valladolid (seis dianas). El asunto entre Francia y Mbappé, y viceversa, sigue siendo muy espinoso...

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