El fracaso de los temporeros
Ninguno de los jugadores que llegaron cedidos invitan a que el Sevilla apueste decididamente por sus fichajes para la próxima temporada.
Dentro de la reconversión total que el Sevilla tendrá que hacer de su plantilla, un trabajo que podría tenerse adelantado es el de la continuidad de alguno de los cedidos que han militado en el equipo esta temporada. Sin embargo, ninguno de ellos ha tenido un rendimiento que invite a los de Nervión a apostar decididamente y de inmediato por ellos. Por comparar, no se ha vivido la situación que se vivió con Badé hace un año, cuando tras su llegada cedido en enero el Sevilla prácticamente lo fichó en la final de la Europa League en Budapest.
El primer en llegar cedido, en verano, fue Soumaré que, paradójicamente, fue uno de los últimos fichajes en llegar. Procedente del Leicester, al mediocentro le costó entrar en el once puesto que Mendilibar argumentaba que hasta que no entendiera el idioma y lo que le pedía no jugaría con él. Dicho argumento fue utilizado como un clavo en el ataúd deportivo del vasco en Nervión para su destitución. En total, Soumaré ha jugado 28 partidos, no ha marcado y dio una asistencia el domingo. Y la sensación es de ni sí ni no, sino todo lo contrario. Hay a patadas jugadores como él.
El verdadero drama de los cedidos llegó en enero con los aterrizajes de Agoumé, Hannibal y Véliz. El primer es el que más protagonismo ha tenido, a pesar de lesionarse, puesto que las bajas en el centro del campo han jugado en su favor. 13 partidos, ningún gol, ninguna asistencia y la duda de si es ofensivo, defensivo, las dos cosas o ninguna. La participación de Hannibal y Véliz sería más que amable calificarla como residual. Además, ambos se vieron en medio del fuego cruzado entre una dirección deportiva que afirmaba haber cubierto a la perfección las carencias del equipo en enero y un cuerpo técnico encabezado por Quique que sentía que se le había fichado todo menos lo que hacía falta.
Ahora, el Sevilla afronta un mercado en el que los cedidos deben ser pieza importante. Los problemas son variados, como el que este tipo de jugadores no salen de sus equipos hasta el tramo final de los mercados, con las competiciones ya empezadas, o que visto el anterior tino del Sevilla, la llama de la esperanza difícilmente puede estar encendida.
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