Fausto Tienza, de Primera al ‘imperio’ de los frutos secos
Después de haber jugado en la élite con Osasuna y Betis, haber sido uno de los capitanes en el último ascenso del Racing, el centrocampista extremeño da sus últimas patadas al balón en Segunda RFEF con el Compostela y ha creado Faenza Capital, una empresa de inversión en el sector agrario. Ha involucrado a Asensio, Javi Galán, Isi Palazón, Oliver Torres o Iñigo Vicente.
¿Te imaginas juntar en un equipo el disparo de Marco Asensio, la resistencia de Javi Galán, la habilidad de Oliver Torres, el descaro de Isi Palazón o el talento de Iñigo Vicente? Muchos directores deportivos de equipos potentes seguro que han pensado en ello, pero solo uno, que ni siquiera tiene ese carné, lo ha logrado. De hecho, podría ser el stopper de ese equipo de jugones, que bajo los palos podría tener a Jokin Ezkieta, en una de las bandas a Paulino de la Fuente, jugar con doble lateral con Saúl García y contar con la fiabilidad atrás de Pol Moreno. Ese equipo (con otros nombres más) ha formado Fausto Tienza, jugador del Compostela y ahora también CEO de Faenza Capital.
Fausto Antonio Tienza Núñez (Talavera la Real, Badajoz, 1990) está viviendo sus últimos coletazos en el mundo del fútbol. Después de haber rescindido con el Ibiza en el pasado mes de enero, firmó en el Compostela, equipo del grupo I de Segunda Federación. A sus 35 años, y una dilatada experiencia como futbolista profesional, que lo llevó a jugar en Primera División con el Betis y Osasuna, o en Segunda con Alcorcón, Cádiz, Extremadura y Racing, con el que logró el último ascenso, sabe que se acerca el día en el que cuelgue las botas y lleva varios años cocinando a fuego lento el Fausto Tienza del mañana.
Natural de Talavera la Real, un pueblo de la provincia de Badajoz que cuenta con algo más de 5.000 habitantes, Fausto es el pequeño de tres hermanos, donde los dos varones están ligados con el mundo del fútbol. Emilio, el mediano y mayor que él, entrena al Villafranca de Tercera División. Para Fausto, el fútbol siempre fue su vida, pero desde hace unos años, ha compaginado sus entrenamientos, concentraciones y partidos con un proyecto empresarial: crear un imperio de frutos secos de la mano de Grupo Iberopistacho, su gestor operativo, y Glezco Asesores y Consultores, su asesor mercantil, contable, fiscal y financiero. Para crear ese imperio lleva años involucrando a algunos de sus compañeros de profesión, a los que les empezó contando que tenía una plantación de nogales en su Extremadura natal y que ahora está a punto de cerrar su cuarto proyecto, en Castilla-La Mancha, con una inversión total que ronda los ocho millones de euros.
Un proyecto que empezó a fraguar cuando era jugador del Racing, club con el que ascendió a Segunda siendo titular indiscutible y una ciudad que le marcó de por vida, porque allí nació su hijo Hugo. Este fin de semana volverá a enfrentarse al Racing, a su filial, y con ese motivo se pasó por los micrófonos de ‘SER Deportivos Cantabria’. Sigue la evolución del equipo cántabro, que ahora pelea por el ascenso a Primera. “Es difícil hacer un pronóstico, pero desde fuera veo que está en un momento importante y ahora mismo todo el entorno que rodea al club es normal que se exija y que toda la gente queramos que el Racing ascienda, se ha creado ahora un áurea en el estadio que es espectacular, me harto de ver vídeos de cómo está la afición ahora mismo, y es una envidia sana tremenda. Es muy difícil ascender a Primera División, solo hay que ver los rivales de peso que están ahí metidos, pero están en el camino correcto y pase lo que pase hay que disfrutar del camino”, explicó Tienza en la SER.
Su familia, además de al deporte más popular, también ha estado muy vinculada a la agricultura. Por eso, de esa plantación de nogales, su visión empresarial le llevó a las plantaciones de pistachos. “Nos dedicamos a estructurar, desarrollar y gestionar proyectos de inversión, los cuatro primeros proyectos de inversión han sido en plantaciones de pistachos, que tienen una rentabilidad muy alta, de en torno al 20%. Es la inversión era perfecta para el futbolista profesional, como era mi caso, porque estas inversiones tardan 3 o 4 años en recibir ingresos, que es lo que va tardando en crecer el árbol, pero después tiene unos retornos muy altos, que normalmente vienen con la última etapa del jugador o bien cuando estás retirado”, añadió el que fuera pieza clave en el último gran éxito deportivo del Racing.
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