París celebra el ‘calentón’ de Luis Enrique con Dembélé
Su desconvocatoria en septiembre contra el Arsenal por motivos disciplinarios cambió su temporada. Hoy, en Londres, podrá reivindicarse.


Una desconvocatoria antes de un envite contra el Arsenal esta temporada, el 1 de octubre, supuso el punto de inflexión de la carrera de Ousmane Dembélé en París. Y nadie lo sabía en aquel entonces, después de que Luis Enrique, reforzando su autoridad en el vestuario, acordara dejarle en tierra por motivos disciplinarios, tras una conversación acalorada entre técnico y futbolista que estuvo a palmo de romper definitivamente la relación entre ambas partes.
Dembélé no viajó a Londres con el resto de la expedición del PSG y en Francia se cuestionó a Luis Enrique, cuya autoridad nunca estuvo en tela de juicio a nivel interno, sustentando la decisión del asturiano. El PSG se inclinó por 2-0 en el Emirates y los titulares de los principales rotativos ses, después de consumarse la derrota, enfocaron sus críticas en Lucho, al desconvocar al mejor delantero de la plantilla, al jugador al que se le había conferido el rol de sustituto de Mbappé y a uno de sus mejores activos.
“Si alguien de manera grave no cumple con las obligaciones ni expectativas del equipo y significa para mí que no está preparado, no hay ningún problema. Ayer tuve que tomar una decisión difícil, pero considero que es la mejor para el equipo. La volvería a hacer 100 veces más, pero eso no significa que sea irreversible. No hay problema ni ha habido ninguna discusión entre Dembélé y yo, es totalmente falso. Hay un problema entre el jugador y sus obligaciones en el equipo” resumió Luis Enrique, en la previa de la contienda de la liguilla de la Champions en el Emirates, a propósito de una pregunta de la desconvocatoria de Ousmane Dembélé.
El delantero, días después, se presentó en el despacho de Luis Enrique para pedirle disculpas. El técnico las aceptó de inmediato, sin rodeos, devolviéndole al once titular. El episodio se zanjó, pero, después de la expulsión del francés el 26 de noviembre en el Allianz contra el Bayern, derrota 1-0, el gijonés, a modo de ‘reprimenda’, dejó en el banquillo en dos partidos seguidos al extremo, que explotó definitivamente en diciembre, imbuido por la exigencia de su entrenador, y su ascensión fue imparable.
Meses después, con un PSG incontestable, camino de un Triplete histórico, las tornas han cambiado. Dembélé es uno de los mejores jugadores del mundo, es el máximo goleador del 2025, es el líder de uno de los máximos favoritos a ganar la Champions. Los parisinos vuelven a Londres, al Emirates, cuna de la resurrección de un jugador que, hasta este año, no había cumplido con las expectativas depositadas en su potencial, gigantescas. Aquel episodio refrendó el liderazgo de Luis Enrique, la gran estrella de los parisinos, el motor de un equipo cuya voracidad ofensiva la encarna a la perfección el Mosquito.
A pesar de no haber engrosado sus cifras en los últimos cinco encuentros, sin ver portería desde el 1 de abril, en Dunkerque, en las semifinales de la Copa de Francia, el nivel de Dembélé no se delimita simplemente a sus cifras goleadoras. Su liderazgo en el vestuario es total, arengando a sus compañeros, motivándoles y mostrando incluso su descontento después de varias derrotas, como la sufrida en Villa Park recientemente, a pesar de certificar el billete a las semifinales de la Champions League. Luis Enrique, que ha reiterado a lo largo de los últimos dos años que Ous es uno de los mejores jugadores del mundo, de ese tipo de futbolistas por los que pagaría una entrada para ver un partido, le ha elevado a una nueva dimensión, en la que acumula 44 participaciones de gol, 32 goles y 12 asistencias, 25 dianas en 2025, el más prolífico del mundo, números que ponen en jaque al Arsenal el martes en el Emirates.
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