Inglaterra

United, encrucijada histórica

El mal momento deportivo y económico que atraviesa el Manchester United, deja al club inglés en un momento delicado de cara al futuro.

Diseño Nuevo Old Trafford.
Xavi Heras
Mánchester (Inglaterra) Actualizado a

Época de vacas flacas en Old Trafford. Su equipo masculino está eliminado de la FA Cup, cayó en los cuartos de la Copa de la Liga y es 13º en la Premier League. Los diez puntos que separan a los red devils de los puestos europeos se antoja insalvable, salvo carambola rocambolesca. Y hace tiempo que abandonó la lucha por el título. Tiene 37 puntos después de 29 jornadas, 33 menos que el Liverpool. Los de Anfield van directos hacia su 20ª liga, igualando al Manchester United como equipo con más campeonatos de Inglaterra con el que sería su segundo título desde 1990. La caída mancuniana durante las dos últimas décadas ha sido sonora. Los diablos rojos viven un infierno.

Alex Ferguson cambió la historia del United en la última década del siglo XX y la primera del XXI. El escocés tomó las riendas de un equipo que hasta la fecha había ganado siete ligas y una Copa de Euopa a lo largo de su historia. Con él al mando, los mancunianos se alzaron como el club más grande de Inglaterra. Se proclamaron campeones de la Premier League en trece ocasiones, y conquistaron el continente dos veces más. Un entrenador de época y unos jugadores de leyenda. Y una propiedad de cambió de manos en 2005. Llegó Malcolm Glazer, que pagó algo más de 950 millones de euros para hacerse con el control de la identidad. Además de unos intereses de más de 70 millones al año. Para hacer frente al pago usó préstamos, utilizando activos del club como avales. El United pasó de tener sus cuentas saneadas a acumular una deuda de casi 600 millones de euros.

La inercia ayudó a que Old Trafford siguiera celebrase títulos, hasta la marcha de Ferguson. Ahí terminó el éxito, y empezó la espiral negativa de la que el United no logra escapar. Se intensificaban las frustraciones, y las protestas contra la propiedad. Jim Ratcliffe acordó adquirir parte de la propiedad del club a finales de 2023. Actualmente posee el 29% del club y es el principal dirigente de las operaciones del que fue el equipo de su infancia. De salvador a condenado en algo más de un año y medio.

“El Manchester United se habría quedado sin efectivo a finales de 2025″, explicó Ratcliffe recientemente en una entrevista para la BBC. Así justificó haber despedido a 450 de los 1.140 empleados que tenía el club antes de su llegada. Se acabó darles de comer también. Cerrada la cantina de la ciudad deportiva, el empresario inglés trata de rascar todo lo que puede. Como quien anda buscando monedas entre los cojines del sofá en un momento de apuro económico. Más aún teniendo en cuenta que el despilfarro a la hora de fichar, y despedir, sigue en alza. En las tres últimas campañas, el United se ha gastado casi 700 millones de euros. Se acumulan las pérdidas.

Y las decisiones contradictorias. El pasado verano, la entidad decidió renovar a Erik ten Hag después de que, bajo su batuta, el United ganase la FA Cup tras una campaña liguera cuanto menos discreta. Tres meses después de proponerle un nuevo contrato, el club mancuniano tuvo que pagarle un finiquito de 18 millones de euros. Caso similar al del director deportivo Dan Ashworth, por quien pagaron cuatro millones al Newcastle. Cinco millones costó despedirlo cinco meses más tarde. Un descalabro. En noviembre, los ingleses pagaron 10 millones más para que Rúben Amorim dejase el Sporting de Portugal para trabajar en Old Trafford.

A la inversión necesaria en el apartado deportivo, se le unió recientemente la de la construcción de un nuevo Old Trafford con capacidad para 100.000 espectadores. La idea inicial de la entidad es tenerlo listo para 2030, y cuenta con gastarse más de 2.000 millones de euros. Una noticia, y un diseño, que no ha encontrado la aprobación generalizada de la afición. Ni de algunos de los políticos locales y regionales. Ratcliffe fue investido Sir en 2018, y apenas dos años más tarde cambió su domicilio a Montercarlo, donde no existen impuestos para las rentas personales. Fue una de las voces en favor del Brexit, pero se mudó al continente. Ahora reclama una inversión pública para hacer frente a la construcción del que ha sido su proyecto principal desde su llegada al United: la construcción de un Wembley del norte. Falta ver si su equipo vuelve a ser el rey del norte. El camino se antoja complicado, y la encrucijada, histórica.

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Más aún si el Manchester United no logra clasificarse para la Liga de Campeones. La única vía es la de ganar la actual Europa League. Y ese será el único modo en el que el club inglés pueda plantearse la necesitada renovación de su plantilla. De lo contrario deberá arreglárselas con jugadores que el propio Ratcliffe dijo que no están a la altura: “Algunos no son lo bastante buenos y otros probablemente están sobrepagados, pero nos llevará tiempo moldear la plantilla”.

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