El Castilla declara la guerra

Era tan imposible, que dejó de serlo. Un clásico para el Real Madrid. ADN extendido por sus venas y, por ende, a sus filiales. Vienen a ser lo mismo. Son como unos anticuerpos que se activan cuando más difícil se pone una situación. Algo automático, intrínseco. Este playoff ya parecía perdido, una utopía. Y de repente, se ha puesto al rojo vivo. Porque el filial se ha quedado a 4 puntos... ¡Y la próxima jornada hay un Mérida-Castilla! Damas y caballeros, será una guerra. Es la guerra.

Y es que, como vislumbró aquel doctor de extrañas apariencias, en pocos universos se llegaba a la zona de promoción, pero en todos se requería ganar al Marbella. Y ha sucedido. Un triunfo comandado por Gonzalo, autor de su zarpazo número 24 esta temporada... y ya saben lo que eso significa: está a sólo uno de Mariano, máximo anotador del Castilla en una misma temporada, sin playoff (hizo 25, en la 2015-16). Le quedan tres jornadas para igualar y superar. Asoma un soro.

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El puente aéreo de Yusi

Está al alcance de su mano. Como el Castilla, del playoff. Consecuencia de lo de hoy. Un golpe sobre la mesa. David Jiménez abrió el marcador con un zurdazo a los 2’. Rápido, sin tiempo para pensar. Centró Yusi (según acabó el partido en el Bernabéu, se subió a un coche y fue directo al Di Stéfano a ser titular) y, tras un rechace, fusiló el 22. Tiene pegada. Ya lo ha demostrado en más de una ocasión. El filial aceptó establecer un bloque medio-bajo y buscar el segundo a la contra.

De ‘Gonzagol’ a Callejón

La salió bien. Apenas sufrió y encontró el tesoro: balón filtrado de Pol Fortuny, control en velocidad de Gonzalo y gol por el segundo palo. Zarpazo de depredador. Y a uno de Mariano. Pero justo cuando el partido parecía acercarse a una sentencia, apareció Callejón, eterno amigo y hoy, enemigo: aprovechó un taconazo divino de Álvarez para fusilar a Fran González. 2-1 y a remar. Porque comenzó el runrún.

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Pero al Marbella se le fue la cabeza. Era el 65’, perdía sólo de uno... y se fue hacia arriba como si se tratase del descuento. Así que el Castilla cazó una contra y, sin mucho arte, vio como Zúñiga se quedaba completamente solo ante el portero. Inexplicable. No falló: disparo con el exterior y gol. El 3-1. Pareció la sentencia.

Volvió Palacios

Raúl inyectó cloroformo con un triple cambio y, poco después, dio entrada a Palacios, una de las mayores perlas de la cantera (en verano lo quiso el mismísimo Athletic), pero lesionado en la gira del primer equipo por Estados Unidos: el 1 de agosto se rompió el cruzado. Le tocó pasar por el quirófano y por esa dura rehabilitación que exige esa lesión. Ese infierno. Pero ya ha vuelto. Han sido 276 días sin jugar al fútbol. Hasta hoy. Por si había dudas de su ritmo, a los pocos minutos fue duro al choque y vio la amarilla. Está de vuelta. Y de verdad.

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Un misil en el 92′

Asomó el descuento y comenzó a extenderse la euforia por la grada. Hasta el 92′: Soto se inventó un misil desde la frontal que perforó la escuadra de la portería de Fran González. Algo impresionante. Uno de los golazos de la temporada. Así que los últimos tres minutos fueron una invitación a la resiliencia. Despejar centros laterales y apretar los dientes. No hubo gol.

Tambores de guerra

Ganó el Castilla. Con sufrimiento, porque eso también empieza a ser ADN de este club, pero ganó. Y se subió al último tren por el playoff. Cualquier escenario para seguir soñando pasaba por vencer hoy. Sucedió. Y ahora, a la batalla: el próximo sábado hay un Mérida-Castilla. Casi nada. Se puede decir que toda la temporada está en 90 minutos. Quedan tres jornadas. Y no quedan vidas. Así es la guerra, vivir o morir.

Clasificación

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