La falta de ambición y juego, las claves del varapalo murcianista
Al cuadro de Fran Fernández se le achacó durante todo el año el exceso de conformismo durante los partidos y los problemas para elaborar de tres cuartos hacia adelante.


La dinámica del Real Murcia fue la misma durante todo el curso: a pesar de estar siempre arriba, el cuadro de Fran Fernández no dio nunca la sensación de poder aspirar a dominar su grupo y generar confianza de cara al playoff. El técnico almeriense cumplió con el primer objetivo, las eliminatorias de ascenso, pero no logró alcanzar la meta para la que fue contratado: el retorno al fútbol profesional. Por ello, a pesar de tener la renovación automática por estar entre los cinco primeros, todo a punta a que no seguirá en el banquillo grana.
El equipo de la capital del Segura era uno de los favoritos al ascenso desde el arranque de temporada, pero pronto se vio que no transmitía buenas sensaciones. Al equipo de Fran Fernández le faltaba la ambición necesaria para salir a imponerse al rival desde el primer minuto, hacerse dominador del choque. La idea era ser fuertes atrás y esperar una oportunidad para adelantarse en el marcador y tener el partido de cara. Muchos puntos, y partidos, salvó Gianfranco Gazzaniga durante buena parte de la temporada. Al igual que Flakus, firmado en el mercado invernal. Al final, en muchos encuentros, todo quedaba reducido a las intervenciones del cancerbero y el delantero. Y no siempre salía a favor.
Al Real Murcia le ha faltado también un líder en el aspecto ofensivo más allá de Flakus. O una idea de juego. Si un rival le daba el balón al cuadro de Fran Fernández, se le veían los problemas para generar fútbol y crear ocasiones. El ejemplo más evidente está en las palabras de Pedro León tras acabar el choque ante el Nàstic de Tarragona en Nueva Condomina: “Hemos propuesto poco en casa durante toda la temporada”. Y los números están ahí, se escaparon 27 de los 57 puntos posibles y se cayó en la ida de la primera eliminatoria por el ascenso con el cuadro catalán (0-1).
Lejos de casa la historia fue diferente, porque no había tanta obligación. El Real Murcia fue el mejor de la categoría como visitante, con 34 de 57 puntos posibles. Pero en casa, donde los resultados son determinantes para lograr los objetivos, la dinámica fue mala, con cinco derrotas en competición regular más la del playoff. Además, en 9 partidos, incluyendo el del Nàstic, no consiguió marcar, un detalle más que habla de las dificultades para generar en ataque.
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