Rubiales: “El beso jamás fue para satisfacer un deseo sexual”

Luis Rubiales declaró en el juicio por su beso a Jenni Hermoso en una sesión con gran atención mediática. Una nube de periodistas se abalanzaron sobre el expresidente, acusado de agresión sexual y coacciones, a las puertas de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares tras su testimonio, en el que defendió que en su acto siempre hubo consentimiento por parte de la jugadora: “Estaban pasando las jugadoras en la entrega de medallas. En ese momento, Jenni se acercó. Nos conocemos desde hace años. Había fallado un penalti. Le dije: ‘Olvídalo, somos campeonas’. Me apretó fuerte, me levantó, le pregunté si le podía dar un besito y me dijo: ‘Vale”.

Las imágenes de Luis Rubiales en el juicio

Recopilación de las imágenes del sexto día del juicio a Luis Rubiales, Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera.

El expresidente, que aclaró que si en la Instrucción dijo la palabra ‘piquito’ es intrascendente porque son “sinónimas”, defendió que el beso fue consentido: “Cuando terminamos el abrazo, y tras darme permiso, le agarré la cabeza con las manos. Primero fue la pregunta, luego la respuesta y posteriormente el beso. Fue como darle un abrazo. Totalmente seguro de que dio su aprobación”.

“Metí la pata”

Lo que sí itió es que su actitud en esa entrega de trofeos no fue la mejor. “Yo me equivoqué, porque estoy en una posición de presidente. Lo reconocí: me he equivocado, metí la pata. Tenía que haber tenido la sangre más fría. Me comporté como un deportista. Debí tener una posición más institucional”, aseguró Rubiales, que defendió que en ningún momento hubo coacción a la futbolista. “Pedí que la llamaran en el vestuario. Lo que había acontecido (el beso) no tenía ninguna importancia entonces. No iba a entrar en el vestuario de mujeres sin avisar. Entramos los dos juntos agarrados. Fue un momento de alegría. Pero la llamé porque Jenni sabía lo de Ibiza y me dijo que quería estar cuando lo dijera”, aseguró sobre un episodio en el que su intención era anunciar el viaje de celebración, según su versión.

A preguntas de su defensa, declaró que no hubo ninguna intención sexual: “No cojo la cabeza para que no se pueda zafar. Es afectivo. Tras el beso, se fue riéndose y dándome palmaditas. Jamás fue para satisfacer un deseo sexual”. Y sobre el comunicado que se realizó con declaraciones de Jenni Hermoso, explicó que “le pareció una buena idea”: “No pasó nada en el bus con el comunicado. Ya había habido declaraciones espontáneas de la señora Hermoso. Fue en el trayecto al aeropuerto, la gente de comunicación me dice que se le da mucha trascendencia mediática. Y al haber declaraciones, me pareció buena idea”.

“Me comí a besos a muchos futbolistas”

Una línea que mantuvo durante todo su relato, en el que el juez, al igual que en otros testimonios, le pidió en muchas ocasiones concisión. Negó que ordenase al entonces seleccionador, Jorge Vilda, que fuera a hablar con el hermano de Jennifer Hermoso. También que coaccionara a la jugadora para hacer un video, ya que se lo preguntó y, tras la negativa, lo aceptó. Y argumentó que su posición no era jerárquica, “ya que las jugadoras no son trabajadoras de la federación”. Todo, sobre un acto, que para él no revistió mayor gravedad, sino que fue fruto de la euforia: “No se gana un Mundial todos los días". De hecho, para apoyar su versión, aseguró que en otras celebraciones pudo actuar de forma similar sin importar si eran jugadores masculinos: “Yo me comí a besos a muchos futbolistas”.

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