Orgullo e insatisfacción

El Real Betis puede tirar de una de las frases más monárquicas que existen para explicar sus sensaciones tras la ida de la eliminatoria contra la Fiorentina. Aunque con un matiz. El Betis y el beticismo sienten orgullo pero insatisfacción. Orgullo porque se mostraron superiores a sus rivales en toda una semifinal europea pero insatisfacción porque pudo sentenciar la eliminatoria y viajará a Florencia con una renta mínima y agradeciendo la eliminación del valor doble de los goles fuera de casa.

Adelantarse tan pronto en el marcador fue clave para el devenir del partido y las ocasiones verdiblancas se sucedieron durante todo el partido. Pero también flotó en el ambiente en todo momento que la Fiorentina era el rival más fuerte que había pisado el Villamarín en esta Conference League. No es para menos en una semifinal europea, pero el nivel de los italianos está a años luz del de los rivales que han ido desfilando los jueves por Heliópolis esta temporada, algo de lo que no tiene culpa el Betis, ni mucho menos.

En Florencia se verá un partido a todo o nada en el que el Betis lleva ventaja pero sin poder refugiarse en el marcador. Sería un suicidio y si a alguien se le pasaba por la cabeza, Pellegrini ya dejó claro que en el Artemio Franchi se saldrá a por la victoria. Los italianos intentarán preparar un ambiente que, al menos, se acerque al vivido en el estadio verdiblanco y que los dejó con la boca abierta.

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