Peor que al principio
Las Palmas tiene, en 2025, registros más deficientes que durante la racha que condenó a Luis Carrión. La menor puntuación solo es el inicio.
Las Palmas se está comportando, al menos esta temporada, como un equipo de extremos sin que de momento se perciba un término medio al que acogerse. No pudo empezar la liga de peor manera, reaccionó de manera virulenta cuando nada lo anunciaba y ahora se hunde sin remisión en la clasificación. La salvación queda ya a tres puntos antes del dramático partido del viernes contra el Alavés, quien le precede en la clasificación.
Aquellas deprimentes primeras nueve jornadas le acabaron costando el puesto a Luis Carrión luego de haber conseguido apenas tres puntos a través de los mismos empates. Sin embargo, tan mal está Las Palmas desde que empezara 2025 que sus números de estos nueve primeros partidos del año hasta empeoran los que firmó con su ex entrenador en el banquillo.
Que haya conseguido un punto se ve apenas como la punta de un iceberg de infinitas dimensiones. Si en ninguno de estos dos tramos de competición consiguió dejar la portería intacta, ahora le marcan más, 1,89 frente a dos goles por partido. Como también se observa a través de la métrica exacta de Besoccer, Las Palmas pasa ahora mucho peor, acaso renunciando a la posesión para ser un equipo más vertical. Si antes completaba con éxito 443,44 entregas por cada 90 minutos, ahora desciende hasta las 307,44 e incluso pierde más balones.
También ha disminuido su rendimiento en cuanto al número de disparos hacia la portería contraria, descendiendo tanto el número total como los van directamente entre los tres palos. Lo mismo sucede en el número de recuperaciones mas no en el de paradas, aunque también es cierto que desde que 2025 amaneciera le chutan más a la hueste insular, que progresa peor a través de la pelota.
La caída en el rendimiento del equipo la sustentan las sensaciones y, sobre todo, los números. De hecho, ahora mismo apenas mejoran las paradas, antes mencionadas, las recuperaciones en campo rival o los regates. Poco a más a lo que agarrarse. Quizás a ese término medio que no termina de llegar. Como tampoco la victoria, más necesaria que en mucho tiempo la de este viernes contra el Alavés.
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