La ciudad espera la venta del Real Valladolid
El club está parado a la espera de lo que suceda con la propiedad y pierde un tiempo precioso para construir el próximo proyecto con la intención de ascender.

Estamos llegando a las fechas marcadas en rojo para saber si Ronaldo, definitivamente, encuentra un comprador que satisfaga sus deseos y el Real Valladolid pase a pertenecer a otro propietario, grupo de inversores, fondo, etc. Hemos llegado ya a un punto en el que da igual quien venga, lo deseable es que Ronaldo se vaya, El brasileño tiene el club bloqueado, sin que se den los pasos necesarios en el momento en el que estamos de planificación y sumido en la inestabilidad. Y esta situación actual no puede prolongarse por mucho más tiempo. Entrar en el verano en las circunstancias actuales, con el club desorientado, con el propietario ausente y desaparecido, sin confirmar a un director deportivo, sin que se sepa quien va a ser el próximo entrenador, con muchos deberes por hacer, sería empezar ya muy mal el proyecto de la temporada 2025-26.
Cabe la posibilidad de que la encarrilada posible venta no se confirme finalmente y volvamos a la casilla de salida. Hasta que la venta no se firme en el despacho de un notario el riesgo estará ahí. Y, de momento, hay intenciones serias, pero falta dar el paso definitivo. La situación actual obliga al comprador y no al vendedor, que se puede arrepentir. Y no se está vendiendo un coche o un sofá. Estamos hablando de una operación que está en torno a los 45 millones de euros y eso hace que cualquier empresa que vaya a realizar semejante desembolso quiera tener las cosas sumamente claras y contar con todas las cuentas perfectamente aclaradas encima de la mesa.
Por eso son días de desear y esperar lo mejor, lo más conveniente, pero también de riesgo y de temor a que la parte compradora se eche para atrás y deje al club, otra vez, en manos del brasileño. Y eso sería lo peor. Ronaldo está ya en plan desconexión y no parece tener ni fuerzas ni ganas de seguir al frente de este proyecto. A la afición le ocurre lo mismo. Ya no tiene fuerzas ni ganas de soportar a O Fenómeno como principal dirigente de la entidad blanquivioleta. Por lo tanto, lo ideal es separar los caminos, que Ronaldo se vaya feliz por lo que le puedan llegar a dar, que los que entren lo hagan ilusionados y con toda la energía y que los aficionados tengan motivos para ilusionarse de nuevo soñando con la vuelta a la Primera División.
Y, mientras, el sábado otro partido en Mallorca, otra pesadilla. Cada encuentro que resta por disputarse es una tortura. Cada uno de los noventa minutos de partido son de mucho dolor para todo aquel que siente algo por el Real Valladolid. Son las consecuencias de una temporada nefasta que sigue torturando a cada aficionado del Real Valladolid. Y para Mallorca, más de lo mismo. Seguirán jugando jugadores que el año próximo no estarán aquí y en el banquillo gente con contrato en vigor. Signo claro de que el club está sumido en el desgobierno. Que jugadores como Nikitscher, Amath, Marcos André o Kenedy, todos ellos con contrato para el año próximo, no cuenten casi o no cuenten nada es tirar piedras contra el propio tejado. Rubio hace lo que él cree mejor para dar una buena imagen, pero el club debería marcarle una línea de actuación ante lo que más interese a la entidad de cara el futuro. Pero como reina el desgobierno, el entrenador piensa en el hoy olvidando el mañana. Llegar a dudar como está haciendo el técnico entre alinear a Hein, jugador que vuelve al Arsenal o a Ferreira, con contrato para la próxima temporada, me parece de aurora boreal. Y todo, con el consentimiento de la institución. Simplemente maravilloso.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos