Protestas hacia Miguel Ángel Ramírez y su directiva en un desangelado Estadio de Gran Canaria 

Fruto de la rabia y la desolación, un grueso de la afición de la UD Las Palmas portó camisetas y distintivos negros como protesta a la gestión del máximo accionista y presidente del club grancanario, Miguel Ángel Ramírez, al que se le cantó durante numerosas fases del partido “Ramírez, vete ya”, pese a no estar presente en el Estadio de Gran Canaria por motivos profesionales.

El grupo de animación Ultra Naciente, que estuvo en silencio hasta el minuto 49, comandó los cánticos que pidieron la dimisión del presidente grancanario y mostró una pancarta recordando que “no queremos disculpas, queremos dimisiones”, antes de abandonar el Gran Canaria en el minuto 75.

En la peor entrada de la temporada, con 11.279 espectadores, un desangelado Estadio de Gran Canaria protagonizó un ambiente de luto, sin animación y con una afición del Leganés que se hizo notar entre el sepulcral silencio amarillo, solo roto por las críticas hacia el palco de la UD Las Palmas.

Algunos aficionados, organizados por redes sociales, decidieron ingresar al recinto de Siete Palmas tras el minuto 15, también en señal de protesta, con más camisetas negras, globos y pañuelos oscuros para escenificar el desenlace de una campaña que ha abocado a los amarillos a LaLiga Hypermotion.

Los únicos vítores y aplausos fueron para un Alberto Moleiro que abandonó el césped del Estadio de Gran Canaria pidiendo perdón a una afición que lo ovacionó con aroma a despedida. Mismo recibimiento tuvieron los debutantes Sergio Viera y Diego Martín, que fueron acogidos calurosamente por una grada sedienta de savia nueva proveniente de la factoría amarilla.

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