Raba, chico para todo del Leganés
Ante el Girona, y a la desesperada, jugó de mediocentro y regaló el ‘caramelo’ que propició la asistencia de Dux en el 1-1. Ya jugó ahí puntualmente en otros partidos. Renovación y presencia en Sevilla, en el aire.


Raba para un roto. Raba para un descosido. Conceptos ambos (roto, descosido) que encajan perfectamente en esta temporada de altibajos y tortuosa para un Leganés que, sin mira con algo de esperanza todavía a la opción de la salvación se debe a él, a un Dani Raba de rendimiento excelso, especialmente en lo goleador (suma siete dianas en Liga) que está sorprendiendo por una polivalencia que no se le atribuía en Butarque. El cántabro (29 años) ha sido reconvertido por Borja Jiménez como un ’9’ allá donde se suponía que era o bien mediapunta o bien extremo derecho. Ocurre que incluso se está destapando como un gran mediocentro.
Fue ahí, en esa posición, desde la que regaló el pase en diagonal (40 metros de un balón con purpurina) que dejó a Duk sólo en línea de fondo. La asistencia del caboverdiano la acabó rematando a gol Munir, que ante el Girona (90+2’) dejó al Leganés en la UVI… pero no camino del tanatorio, donde parecía que acabaría la temporada con el 0-1 catalán que mandaba hasta el tanto del hispano-marroquí.
Sólo dos defensas
Un empate con agridulce sabor a remontada inconclusa que se basó en un equipo kamikaze en los minutos finales, cuando Borja Jiménez decidió liarse la manta a la cabeza y, con uno menos (a Cissé lo echaron en el 19’) crear un equipo con sólo dos defensas que jugó distribuido en un 3-2-4, con Rosier, Tapia y Javi Hernández atrás, Raba y Brasanac controlando la media y Duk, Munir, Diego García y Óscar dejándose la vida en la delantera.
Y ahí, en la medular, Raba dio un recital de cómo, con lo justo físicamente (tenía gasolina para 70 minutos, pero lo jugó todo y acabó con serias molestias musculares) ser clave como mediocentro en una posición que ya había experimentado precisamente en su resurrección este curso. Porque Raba comenzó con cuatro titularidades que lo abocaron al banquillo.
La resurrección
Pero en el trofeo Villa de Leganés que el Leganés jugó (y goleó) ante el Real Valladolid, comenzó una vuelta al primera plano. Y lo hizo precisamente a medio camino entre el medio centro y la mediapunta en una posición desde la que también dio una asistencia (a Diego García) muy similar al pase que le regaló a Duk ante el Girona. En aquel torneo, Raba marcó un gol, dio dos pases de gol y se ganó el derecho a ejercer de titular en Liga en el siguiente partido ante el Atlético en el Metropolitano en una posición similar.
Ahora, con su renovación en el aire (el club ya negocia, pero la propuesta está muy lejos de convencer al futbolista) está por ver si las molestias le permitirán estar contra el Sevilla en la siguiente visita liguera, otra batalla de las cinco que le quedan al Leganés para seguir con vida, algo que en parte por ahora logra gracias a Dani Raba, chico para todo del Leganés.
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