Raba, Neyou y Rosier, tres pilares en el aire del Leganés
Son tres de los seis futbolistas que terminan contrato. Su buena temporada, la incertidumbre deportiva y las consecuencias del cambio de dirección deportiva hacen muy compleja su continuidad.


El Leganés vive el final de temporada zambullido en la incertidumbre. Deportiva. En los despachos. Una situación que afecta de lleno a la planificación de la próxima temporada y que genera, como riesgo directo, una alta probabilidad de que el club pierda a alguno de sus activos. Tres jugadores, Dani Raba, Yvan Neyou y Valentin Rosier, son los pilares más importantes que acaban contrato con el final de curso y cuyas posibilidades de continuar (aun incluso en caso de permanencia) se van reduciendo con el paso de los días.
No son los únicos futbolistas en propiedad del Lega que terminarán contrato con el final de la campaña. También acaban Sergio González y Julián Chicco y Darko Brasanac, aunque el escenario para ellos apunta en dirección diferente, con el primer abierto a seguir aun incluso en caso de bajar y los otros dos sostenidos de una incógnita que pende, sobre todo, de la decisión del club. Está por ver que el Leganés quiera continuar con sus servicios y, en tal caso, que sean ellos los que quieran seguir, especialmente si hay descenso.
Con interés dentro y fuera de España
Pero retornando a los casos de Raba, Neyou y Rosier, su excelente rendimiento en este tramo final de temporada les ha convertido en foco de atracción para el interés de otros conjuntos. Los tres, si quisieran, podrían haber firmado ya con otros equipos, escenario que ninguno ha consumado.
Lo que sí es cierto es que clubes de España y de fuera les están siguiendo la pista con la intención de aprovechar su coyuntura y firmarles, algo que voces dentro del Leganés ven altamente probable. Hay voces autorizadas en las oficinas y el vestuario que los dan por perdidos para el curso que viene, sea cual sea la categoría en la que esté el club.

Los plazos no ayudan
Un panorama de pesimismo en el que no ha ayudado la gestión del cambio en la dirección deportiva, con la cercanía que los tres sienten con el director deportivo saliente, Txema Indias, pero fundamentalmente con el galimatías generado a propósito de una transición enrevesada por la convivencia a la par y en el mismo cargo entre el propio Indias y Andrés Pardo, el que será a pleno pulmón director deportivo cuando acabe el curso. Este proceso se ha alargado en el tiempo, retrasando la toma de decisiones del club.
“Ahora es difícil sentarte con ellos para hablar de la renovación”, opina fuera de micrófono algún protagonista de importancia dentro del equipo. Voz autorizada que insiste que, con el buen rendimiento actual de estos tres futbolistas y la incertidumbre de no saber si el equipo seguirá en Primera o en Segunda, el proceso se pone cuesta arriba y hace muy compleja su continuidad.
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