Roberto, el carterista
Tanto su primer doblete con el Espanyol como los cinco goles que lleva en la Liga evocan al olfato y la picardía de Tamudo, y están acercando a pasos agigantados la permanencia.


Lo suyo ha sido un acierto de proporciones bíblicas. Un formidable goleador en Primera RFEF, la pasada temporada en un Málaga al que ascendió a Segunda. Un suplente de lujo en el Sporting de Braga, que lo firmó en verano pero no contó demasiado con él. Y un fichaje de invierno providencial para el Espanyol, que necesitaba un complemento para Javi Puado que no eran capaces de aportar ni Alejo Véliz, ni Walid Cheddira ni el ya exblanquiazul Irvin Cardona, y a lo que él se ha acoplado como anillo al dedo.
Cinco goles lleva Roberto Fernández con la camiseta del Espanyol, tres de ellos en los últimos ocho días: el que anotó la pasada jornada ante el Rayo Vallecano (0-4) y su primer doblete como perico, el de este sábado contra el Celta de Vigo en Balaídos (0-2), lo que le sirve al equipo de Manolo González para no escapar de la zona de descenso, sino para huir despavorido hacia la permanencia.
No son únicamente los goles la cuestión, aunque sí por supuesto las victorias que conlleva, en una racha personal que garantiza a sus equipos ganar o empatar siempre que marca, desde el lejano 2020, antes incluso de la pandemia. Pero acaso lo más destacado es que Roberto es un auténtico ‘killer’, con destellos que evocan a Raúl Tamudo, en un estilo de carterista del gol, de picardía siempre alerta, que le ha acompañado en sus cinco dianas.

Lo fue el gol de su debut, cuando tan solo llevaba 11 minutos jugando con la camiseta del Espanyol, ante el Real Valladolid (2-1), al poner la pierna lo justo entre los centrales pucelanos para empujar a la portería el buen centro de Omar El Hilali. Sin duda, el mayor exponente de ese oportunismo lo demostró con el segundo tanto de su cuenta, contra el Athletic Club (1-1), al robarle el esférico a Unai Simón, poniendo en evidencia al mismísimo portero de la Selección española.
Y en estas dos últimas jornadas, en Vallecas y Balaídos, de nuevo se ha destacado su olfato goleador. En dos ocasiones le debe medio gol a Javi Puado, quien elaboró sendas jugadas hasta entregarle un auténtico regalo en bandeja. Y la restante, el 0-2 ante el Celta, fue otro ejercicio de carterismo, anticipándose a Carlos Domínguez para acercar al Espanyol hacia esa anhelada salvación. Un pasito más. Y lo próximo será el Getafe, en el RCDE Stadium, donde no estará por sanción Puado: más relevante aún el papel de Roberto.
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