Ronaldo debe dar explicaciones
El todavía presidente y máximo accionista del Real Valladolid se mantiene oculto, no abre la boca ante una afición desilusionada.
Ronaldo está en deuda con la afición de Valladolid. La afición que no ha fallado y que llena cada partido las gradas de Zorrilla. Una afición de la que no puede tener queja porque año tras año ha renovado su abono y se ha vuelto a ilusionar, incluso después de haber sufrido dos descensos a Segunda División. Ronaldo podrá quejarse de que los políticos no le han concedido las ayudas al club que él entendía debían ser concedidas. O de que haya quien no le haya dado ni cinco minutos de margen para valorar su labor. Pero no puede tener quejas de cómo se le recibió en Valladolid, del respaldo que prácticamente toda la ciudad le ha dado a pesar de las dos veces que ha bajado al equipo ni, por supuesto, de la respuesta de unos seguidores que incondicionalmente han estado ahí y que, ahora, siguen estando a pesar del justificado enfado que tienen por la desastrosa gestión del club.
Y lejos de dar explicaciones y de salir para hablar de lo que ocurre en el Real Valladolid, el brasileño ha dado la espantada por respuesta. Ya no viene a los partidos. Este año solo acudió al de la jornada inaugural ante el Espanyol. No ha vuelto a comparecer ni a conceder la más mínima entrevista. Lo único que sabemos de él es lo que dice en su país, de vez en cuando, y que le sitúa en la órbita de la Confederación Brasileña de Fútbol y en pleno intento de desprenderse del Real Valladolid. Lo tiene a la venta aunque, de momento, no lo logra vender.
Y siendo verdad que está en la rampa de salida tratando de desprenderse del club, la realidad es que todavía no lo ha vendido y sigue siendo el propietario. El Real Valladolid, el club de la ciudad, por aquello de que es una Sociedad Anónima, sigue estando en sus manos y los seguidores se merecen una explicación, como dijo el gran José Isbert en “Bienvenido Míster Marshall”.
El club ha delegado su voz en Jorge Santiago. Algo institucional para cumplir con los requisitos formales. Y tiene a Anuar, uno de los capitanes, para dar la cara todas las semanas después de cada partido. El resto, escondidos. Desde Ronaldo a Fenaert, que siempre ha estado bien tapado hasta que hoy ha saltado barco previo empujón del propietario brasileño, pasando por Mazziotti y, evidentemente, por el todavía director deportivo Domingo Catoira. Todos ellos son los culpables del desastre que han generado y son incapaces de salir a dar una explicación. Alguien tiene que asumir las responsabilidades en primera persona y explicar cómo están las cosas.
Porque Ronaldo venderá, cuando pueda, pero el club va a seguir y no se le puede dejar estancado y abandonado a su suerte. Y esa es la sensación que se está dando. Asumido el descenso, porque esto no tiene posibilidades de salvación, hay que trabajar firmemente para volver a Primera la próxima temporada. Y con el espíritu que reina ahora en las oficinas del José Zorrilla es imposible que eso ocurra. Con los que están ahí, ahora, al frente, es imposible. Por eso urge que Ronaldo venda, pero mientras no lo haga, debe explicar cómo están las cosas. Es lo mínimo que puede hacer para empezar a reparar todo lo malo que el final de su gestión la ha generado a esta entidad.
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