El Almería teme el último zarpazo del colista
A los de Rubi solo les valen los tres puntos ante un Cartagena que puede descender, con siete jornadas de adelanto, aunque gane. El técnico indálico lamente que la unidad no es la fortaleza de su equipo.


El Almería, sin margen de error, está obligado a imponer su autoridad ante un Cartagena que puede certificar su descenso con siete jornadas de adelanto tras una temporada infame e inexplicable. Solo el Sevilla Atlético bajó con mayor anticipación en 2008-09, ocho jornadas, desde la temporada 1997-98 en que la Segunda División tiene 22 equipos (sigue el partido en directo en as.noticiasalagoanas.com).
Teóricamente, los índálicos no deberían tener problemas en quedarse con tres puntos que necesitan para seguir apurando sus opciones de ascenso directo o, al menos, amarrar uno de los puestos de playoff. La sensación que transmite este equipo no es la de un colectivo unido en aras de un bien común. Las palabras de Rubi en la rueda de prensa previa a esta nueva pelota de set dejan vibraciones inquietantes: “La unidad del vestuario no es nuestra fortaleza”. Y esto vuelve a dar qué pensar.

El técnico catalán se encontró con una plantilla de enorme potencial que, sin embargo, protagonizó un descenso bochornoso. La mayoría se han quedado, pero parece que a disgusto o pensando en otras cosas. De hecho, lo que se ve es que quien tiene más hambre es el entrenador. Luis Suárez es voraz y competitivo, pero parece ser un gran incomprendido.
De esta manera, el Almería no ha sacado rédito a su fondo de armario y no solo está lejos del ascenso directo, que era el único e inexcusable objetivo, sino que está fuera de la promoción. Tal es la decepción que ahora el nuevo objetivo virtual es el tercer puesto para garantizar una promoción de ascenso algo más amable dadas las circunstancias.
La temporada está siendo de ‘siete picos’. El equipo empezó en descenso; dio un arreón y se colocó líder con 14 jornadas consecutivas impecables. Pero a renglón seguido volvieron a adelgazar las vacas y fuera de casa ha sido un quinario. Solo un punto sumado de 18 posibles. Así es imposible.
En Granada se vio que, en efecto, al Almería le falta criterio de unidad y su debilidad defensiva es sangrante. Con 47 goles encajados en 34 jornadas no se puede ir por la vida. Solo seis porterías a cero y un centro de la defensa donde solo Edgar está dando la talla.

En esta demarcación debe haber haber novedades. Kaiky puede entrar por Radovanovic, que se lesionó la semana pasada en Los Cármenes cuando parecía que estaba cogiendo un poco de nivel. Sin tirar cohetes, no se vayan a pensar. Rubí puede introducir otros cambios como el regreso a la titularidad de Sergio Arribas. Si el Almería no saca adelante esta final ante el colista puede haber fuerte marejada a mar gruesa.
Descenso anunciado
El FC Cartagena, salvo sorpresa, saldrá descendido de Almería. El equipo de la ciudad portuaria pondrá punto final a su segunda etapa en la división de plata después de cinco temporadas consecutivas. La pasada se salvó gracias a un milagro, pero en esta no hubo ni amago. Desde el arranque se vio que iba a ser un ejercicio complicado y así ha sido. Han pasado tres entrenadores y ninguno ha podido hacer nada. El problema viene de arriba, de los gestores.

En esta situación, lo deportivo tampoco tiene mucha importancia. Se firmó a Romo para reactivar al equipo y ha ido a peor la cosa. Con el madrileño, 2 puntos de 36 posibles y una sangría de goles, sobre todo fuera de casa. Como visitante, en los cinco partidos que ha disputado, una media de 3, 2 por choque. Y eso que tiene a Campos, uno de los mejores porteros de la categoría. Ni así.
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