La salida de Felipe Miñambres, la punta del iceberg
Los despidos se suceden en el Levante desde la salida del director deportivo por los ajustes económicos que se están llevando a cabo en el club.
Pese a la optimista situación deportiva, con dos triunfos consecutivos y el liderato a tiro de dos puntos, no corren buenos tiempos en el Levante. La salida de Felipe Miñambres es tan solo la punta del iceberg, la parte visible de una grave situación financiera arraigada y heredada de la pasada gestión, mientras los despidos se suceden en todas las áreas del club desde el anuncio de la salida del director deportivo tras no aceptar los ajustes económicos propuestos desde la directiva.
En los últimos días, una decena de trabajadores han sido despedidos, dejando a un Levante bajo mínimos, con graves problemas de tesorería y en el que se han sufrido impagos en los últimos tiempos. Tan solo un milagro deportivo en forma de un ascenso, independientemente de una operación de venta que ya planea sobre el ambiente, podría revertir la catastrófica situación provocada por los errores del pasado, que incluso han puesto en peligro la supervivencia del club.
“Pusimos todo encima de la mesa para tratar de conseguir el ascenso. Yo creo que hasta nos pasamos de la raya, hemos arriesgado más de la cuenta”, aseguraba Quico Catalán en una entrevista en AS en abril de 2023. Tras el fatídico día del Alavés, y de no ser por los más de 23 millones inyectados por José Danvila, el futuro del club es incierto. Una situación que se evidencia y se agrava con el paso de las temporadas, tras tres campañas seguidas en Segunda División.
En la parcela deportiva, la salida de Felipe Miñambres y Ángel Medina han dejado una dirección deportiva improvisada y de la casa, con Héctor Rodas y José Gila, en la figura de secretario técnico, tomando las riendas, como avanzó Sin Tregua. El cuerpo técnico, tras la marcha de Antonio Carmona, también ha tenido que apretarse el cinturón reestructurándose sin la figura de un segundo entrenador. Roberto Ovejero ejerce como preparador físico principal, Vicente Benítez pasa a ser asistente técnico junto a Borja Montero que es entrenador de porteros y segundo asistente, que ya hizo estas funciones en la selección de Qatar, e Iñaki Aizpurua como tercer asistente. “Hay un cambio en el concepto de cuerpo técnico, en el que voy a tener asistentes principales, de ataque, defensa, de rival, de balón parado... y no la figura de segundo entrenador en sí”, aseguraba el entrenador.
“Hay un plan de viabilidad y todos tenemos que hacer un esfuerzo”, remarcaba Calero, que trata de aislar a la plantilla de los problemas externos al vestuario. En el campo, el equipo está funcionando desde el terremoto producido en los últimos días, con dos victorias balsámicas para mirar al frente con optimismo. De puertas para dentro, la pena y la incertidumbre han invadido a un club en plena ola de despidos, a la espera de las necesarias explicaciones del director financiero, Pablo Safón, que se darán esta misma semana para conocer la realidad que vive el Levante.
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