FC BARCELONA

Xavi, un año del principio del fin

El 27 de enero del 2024, el técnico egarense anunciaba su dimisión en diferido tras perder 3-5 ante el Villarreal en Montjuïc. A partir de aquí, el club entraba en combustión, con renovación de por medio y destitución final.

BARCELONA, 27/01/2024.- El técnico del FC Barcelona Xavi Hernández durante el partido de la jornada 22 de LaLiga EA Sports entre el FC Barcelona y el Villarreal CF, este sábado en el estadio Olímpico de Montjuic, en Barcelona. EFE/ Enric Fontcuberta
Enric Fontcuberta
Javier Miguel
Actualizado a

Hoy se cumple un año del anuncio de dimisión en diferido de Xavi Hernández. El técnico egarense, tras haberlo meditado profundamente con los suyos, llegaba a la conclusión que la única forma de dar un giro copernicano a la deriva peligrosa que había tomado el equipo, era dar un paso atrás y anunciar su marcha el 30 de junio. Lo hacía convencido que, de esta manera, quitaba el foco y la presión a sus jugadores, a la vez que rebajaba la tensión de un entorno, cada día más crítico e irascible.

Además, deportivamente, el equipo no acababa de levantar cabeza. En pocas semanas había sido eliminado por el Real Madrid en la final de la Supercopa de España (4-1) y eliminado de los cuartos de la Copa del Rey ante el Athletic (4-2). Y en LaLiga las cosas tampoco acababan de hilar fino, con el equipo ocupando la cuarta plaza en la jornada 22, a once puntos del líder, el Girona, y a diez del segundo clasificado, el Real Madrid.

La decisión de Xavi de anunciar su dimisión causó un revuelo monumental, tanto dentro como fuera del club. Desde el entorno de Joan Laporta se le conminó a que destituyera al técnico ‘ipso facto’, sin esperar al 30 de junio, mientras que en el vestuario se sumaban las voces a favor del entrenador, con el capitán Sergi Roberto entonando el ‘mea culpa’. En todo caso, el dirigente blaugrana aceptó a regañadientes la propuesta de Xavi, llegando a deslizar que sólo la aceptaba porque era Xavi, y que si hubiera sido otro “no lo hubiera aceptado en ningún caso”.

El club, a través de Deco, empezó a sondear el mercado en busca de un nuevo entrenador-la consigna por parte de Laporta era apostar por la vía alemana-, mientras el equipo iniciaba una remontada, que le llevó a soñar con acercarse al Real Madrid en LaLiga e incluso llegar a la final de la Champions. Durante esos dos meses y medio de ensueño, el equipo encadenó once partidos consecutivos sin perder - ocho victorias y tres empates-, que le hizo acercarse a seis puntos del Real Madrid -con el Clásico en el Bernabéu aún por disputar- y clasificarse para cuartos de final de la Champions y con un pie y medio en la semifinal, tras vencer 2-3 en París.

Sin embargo, el castillo de naipes se desmoronó en menos de una semana. El Barcelona caía eliminado en Montjuïc, tras perder 1-4 ante el PSG, con Ronald Araújo como gran protagonista por la roja directa que vio en los primera parte, y la derrota en el Bernabéu (3-2) ese fin de semana, que le descabalgaba definitivamente en la lucha por el título.

Durante todo ese tiempo, Xavi optó por dejar en ‘stand by’ su decisión de marcharse el 30 de junio, mientras que Laporta iba deshojando pétalos de margaritas, dejando entrever que no había aún nada decidido. Un nuevo capítulo se escribió el 24 de abril, con Xavi acudiendo a casa de Laporta, donde estaban citados todos los de la Comisión Deportiva, encabezada por Deco. Allí, el técnico se abre en canal y se comprometió a seguir en el club más allá del 30 de junio. Laporta se emociona con el discurso del egarense y acaban fundiéndose en un emotivo abrazo y cerrando una renovación. Desde aquel entonces se conoció este momento como la ‘cena del sushi’.

Un día después, Xavi y Laporta escenificaban el acuerdo en una rueda de prensa donde declaraban su amor eterno. El técnico aseguraba que se veía con fuerzas para seguir con su proyecto y el presidente subrayaba que Xavi era la persona idónea para llevarla a cabo. Lo que no contó el dirigente blaugrana es que, tras la ‘cena del sushi’, informó a sus directivos sobre la decisión de que siguiera Xavi y que la gran mayoría se mostró disconforme a la continuidad.

Cuando todo parecía atado y bien atado, llegó dos semanas después, la rueda de prensa de Xavi, en la previa ante el Almería, en la que hizo un diagnóstico real y preciso sobre la situación del club, “la gente ha de saber que la situación económica actual no tiene nada que ver con hace 25 años, cuando un entrenador llegaba y decía ‘este, este y este’; Nos vamos a ajustar a eso y el aficionado lo ha de entender”. Unas palabras que abrieron la caja de Pandora en el club, con Laporta y su entorno más cercano como principales afectados. Tanto es así, que el dirigente ni tan siquiera acompañó al equipo al partido, escenificando abiertamente la crisis abierta, que derivó el 24 de mayo en el anuncio por parte del club de la destitución de Xavi, en un comunicado tan escueto como protocolario.

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Desde entonces, Xavi, que perdonó todo el año que le correspondía (casi 10 millones), ha optado por el silencio ‘stampa’, cumpliendo su promesa de vivir un año sabático para disfrutar más con su familia y los suyos. Después de este paréntesis, Xavi volverá a asumir la responsabilidad de un nuevo proyecto. Ofertas seguro que no le faltarán.

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