El entrenador de porteros del Melsungen abandona el retiro para ganar al Bidasoa
Carsten Lichtlein, de 44 años, retirado hace tres temporadas, volvió a jugar por necesidades de la plantilla, y mejoró la aportación del polaco Morawski.
En el balonmano la recuperación de jugadores jubilados no es una noticia extravagante: el Ciudad Real utilizó a Talant Dujshebaev de jugador cuando ya era el entrenador del equipo; el Kiel alemán se fijó en Andrei Xepkin cuando llevaba dos años sin jugar en el Barça, y fue campeón de Europa; ahora el Barça ha contratado por tres meses al francés Adams, retirado tras los Juegos Olímpicos, por ejemplo. El Melsungen dio una vuelta más: utilizó el martes a su entrenador de porteros ante el Bidasoa, y no le salió mal a Roberto García Parrondo.
Carsten Lichtlein, que como portero tuvo una época gloriosa en la primera década del siglo, ya tiene 44 años, y este exjugador de 2,02 metros llevaba tres años retirado, pero trabajando actualmente como el preparador de los metas del Melsungen. La semana pasada se supo de la lesión del portero titular del plantel, Nebojsa Simic, más otros dos jugadores de pista. Cuando Lichtlein apareció inscrito en el partido, parecía que sólo era para completar los 16 jugadores oficiales en el acta del partido, porque había tres porteros en la convocatoria.
Lichtlein estuvo más de medio partido dando instrucciones a Morawski, que en la segunda parte se le veía desconcentrado. Lo normal es que le diera el relevo Karwczyk, también polaco, de 19 años, pero el madrileño en un momento determinado prefirió sacar del retiró a Carsten, que se le veía lento, tal vez fuera de forma. Sin embargo, el entrenador cumplió: pese a su talla, se le atragantaron las vaselinas, pero sacó varios balones de mérito sólo por colocación (cuatro paradas de 10 lanzamientos=, lo que posibilito la remontada y el triunfo del Melsungen por un gol.
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