El Grand Slam del golf: un corral solo apto para ‘gallos’
Los cuatro grandes se han convertido en terreno vedado para la clase media en la última década. La victoria de Scheffler en el PGA continúa la tendencia.


Se suele decir, en una afirmación que la historia respaldaba hasta ahora, que un torneo de golf lo puede ganar literalmente cualquiera de sus participantes. Pero la máxima ha ido perdiendo vigencia con el paso del tiempo, y la última década dice que esa ‘democracia’ por la que entre otras cosas se distinguía ese deporte empieza a ser utópica. Al menos en los grandes, que cada vez fabrican menos cuentos de hadas hace no mucho relativamente frecuentes.
Como cuenta Joel Beall en un artículo para Golf Digest, en los últimos 13 años solo dos jugadores fuera de top-40 mundial han ganado algún grande. Phil Mickelson en el PGA Championship de 2021 y Jimmy Walker en el de 2016. Ni siquiera este torneo, el que 36 golfistas tienen a día de hoy como el único major en sus vitrinas (el tercero en ese dato por los 49 que tienen solo un US Open y los 50 con un British, que al ser abiertos tienen fields más variopintos y se juegan en condiciones muy particulares, y los 20 con un Masters), produce ya muchas sorpresas. La victoria de Scottie Scheffler este domingo, con un par para -11 en la última vuelta con el que contuvo a Rahm, que colapsó en los últimos tres hoyos de Quail Hollow, y DeChambeau para alzar su primera Copa Wanamaker, es la quinta seguida de un jugador que ya había abierto la lata del Grand Slam previamente.
The last six men's Major winners 🏆🏆🏆🏆🏆🏆 pic.twitter.com/u3hd1whdLJ
— Golf Monthly (@GolfMonthly) May 19, 2025
En contraste, la década 2005-2014 produjo 10 ganadores fuera del top-40 y la de 1995-2004, 12. Se creía que ese factor aleatorio se mantendría en el tiempo, incluso se incrementaría, con los avances tecnológicos, que estos taparían los huecos a donde el talento de algunos no llega. Al final la sensación es que han acabado beneficiando al nuevo perfil prototípico del golfista de élite: tipos musculados capaces de pegar por encima de las 300 yardas desde el tee.
El abanico se reduce, y parece complicado que la plana mayor de los Scheffler, McIlroy, DeChambeau, Schauffele, Thomas, Morikawa, Koepka y pocos más deje escapar algo que pueda echarse a la boca el resto. El domingo en Quail Hollow fue una buena muestra. Tras liderar el torneo a 18 y 36 hoyos el venezolano Jhonattan Vegas, que nunca estuvo tan cerca de cantar bingo a este nivel, el sábado se aupó al liderato Scheffler. Por detrás suyo, y a distancia para meterle presión, salieron un grupo de tapados que incluía al sueco Noren, los estadounidenses Riley y Poston o el coreano Kim. Todos sin excepción le hicieron un bogey al primer hoyo y Noren, que iba en el partido estelar, acabó fuera del top-10 tras tirar un 76. En un panorama como este, a la clase media le queda rezar. E incluso a eso Scottie Scheffler es capaz de ganarles.
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