La importancia de padres y entrenadores en el futuro del golf
Un encuentro en la sede de la RFEG pone de relieve un engranaje bien engrasado en el camino desde la base hasta la élite.


La figura de los padres y los profesores, y su importancia en el desarrollo de un potencial golfista de élite, fue el tema abordado este martes en un encuentro en la sede de la Real Federación Española de Golf bajo el marco ‘La exitosa cadena de formación: de la cantera a los circuitos profesionales’.
En él aportaron su perspectiva Salva Luna, entrenador nacional, Freddy Lilly, director del CETEMA, el programa de alto rendimiento de la Federación Madrileña, Álvaro Revuelta, padre de Andrea, Ángela y Amanda Revuelta, una descendencia muy prometedora, y Alejandro del Rey, padre del golfista profesional Alex del Rey, que esta temporada ha conseguido su primera victoria en el circuito europeo.
Todos ellos pusieron de relieve los retos que afrontan los progenitores a la hora de gestionar las necesidades y las frustraciones que genera el camino a la élite en los jóvenes proyectos del golf nacional, con énfasis en la coordinación y la gestión de las expectativas.
“Queríamos que los niños hiciesen un deporte al aire libre y que les ayudase a gestionar frustraciones y egos. Esa era la pretensión. Lo que pasa es que a medida que te vas metiendo y vas renunciando a tu ocio, porque esa es otra, hay que decir claramente que hay que renunciar a muchas otras cosas, ellos van mejorando. Es un aprendizaje continuo para todos, y luego llegarán a donde tengan que llegar. Hay que ir paso a paso, con metas alcanzables, y de ahí la vida te lleva a un sitio u otro", apuntó Álvaro Revuelta.
“A nosotros nos llegan los jugadores con 15 o 16 años, después de haber hablado con los padres y los técnicos de sus clubes. A veces quieren ir muy rápido, ser profesionales, y hay que pararles los pies. Despacito y buena letra. Nuestro programa consiste en ayudar a los chicos y chicas a desarrollarse como deportistas y a compaginar esta actividad con la académica. Intentamos que salgan hechos para ir a las universidades, que se valgan por sí mismos a todos los niveles. Es importante que mantengan el nivel académico y sean ordenados. Si no tienen orden, normalmente acabarán yendo a regular en los estudios y también en el golf. Ordenarles es parte de la formación”, aportó por su parte Lilly.
“Soy afortunado por coger chicos ya enseñados en sus familias, clubes y Territoriales. El cordón umbilical de un jugador es su técnico, su club, y eso nunca lo cortamos en los Equipos Nacionales. Por eso, necesitamos tener buena comunicación con sus técnicos de origen. De lo contrario, el perjudicado sería el jugador”, explicó Luna, por cuyas manos han pasado Sergio García o Jon Rahm entre otros.
“Yo jugaba al fútbol, ni siquiera hacía golf. Cuando conocimos el golf decidimos que el niño se formase con los valores de este deporte: humildad, saberse comportar en el campo… lo tuvimos muy claro. Mi hijo ha ido subiendo escalón a escalón y ha ido cogiendo cuerpo en cada escalón. Mi papel era el de taxista, porque me ponía muy nervioso. Me preocupaba de que hubiese comido y hubiese salido contento del campo, nada más. Posteriormente sólo le pedimos que terminase sus estudios universitarios antes de acceder al profesionalismo”, relató por su parte Alejandro del Rey.
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