Ender, el último eslabón de Ledecky: la pubertad contra la longevidad
La estadounidense ha batido ya 15 récords del mundo individuales desde 2013, tan solo por debajo de los 22 de la alemana, retirada con solo 17 años, bajo la sombra del dopaje sistemático.

Cada vez se cierra más el debate sobre quién es la mejor nadadora de la historia, que Katie Ledecky se va llevando a su terreno casi en cada brazada y, por supuesto, con sus nueve oros olímpicos y sus 26 medallas mundiales. Su penúltimo paso lo dio el pasado fin de semana, durante un evento menor como las Pro Swim Series, que se disputaban en Fort Lauderdale, en el mismo estado de Florida donde se entrena. Su récord del mundo en 800 metros libre (8:04.12), que ella misma ostentaba desde los Juegos de Rio 2016, la acercan aún más a la inmortalidad.
Porque, con esta nueva muesca, alcanza Ledecky la mágica cifra de 15 récords del mundo individuales en piscina olímpica -seis veces el 800 libre, otras seis el 1.500 y en tres ocasiones, el 400 libre-, igualando a la danesa Ragnhild Hveger (que los logró entre 1936 y 1951), la australiana Dawn Fraser (entre 1955 y 1964) y sus compatriotas, las estadounidenses Donna de Varona (1960-1964) y Debbie Meyer (1967-1970). En su caso, entre la primera plusmarca, que consiguió el 30 de julio de 2013 en los Mundiales de Barcelona, y hasta ahora última han transcurrido 4.295 días. Y ya solo le queda por delante una nadadora con más récords del mundo. Aunque, eso sí, aún la tiene lejos.
Se trata de Kornelia Ender, quien representa la auténtica antítesis de Ledecky. Porque si una sigue pulverizando registros con 28 años, la otra se retiró sin siquiera haber cumplido los 18, si bien le dio tiempo para batir hasta 22 récords del mundo individuales en piscina de 50 metros: nueve veces el 100 libre, seis el 100 mariposa, cuatro el 200 libre, dos el 200 estilos y en una ocasión el 100 espalda. Increíble pero cierto.
Representaba a la República Democrática Alemana, lo cual no es un dato baladí teniendo en cuenta que los casos de dopaje sistemático que más tarde se descubrirían, a pesar de que en el caso de Ender jamás se demostró, más allá de que su preparación en la escuela de natación de Halle se complementaban no solo con sesiones de gimnasio, sino que también con inyecciones a priori reparadoras. La sombra siempre estuvo ahí, como sucedería con Kristin Otto.

Comenzó con diez años, medallista olímpica a los 13
Nacida en 1958, participó Ender ya en los Juegos de Múnich 1972 con tan solo 13 años, y de hecho se colgó tres medallas de plata. Y eso que había comenzado a nadar muy poco antes, a los diez años, y con fines terapéuticos por una ligera desviación de cadera. Ya había sido reclutada, lógicamente, para la elite deportiva de la Alemania Oriental.
Ya comenzó a batir récords del mundo en 1973, que fueron cayendo como hojas en otoño, si bien su culminación se produjo claramente en Montreal 1976. Tenía 17 años y fueron los Juegos de Nadia Comaneci, de John Naber, pero también los suyos, ya que cosechó cuatro oros y una plata. Dos de esas victorias fueron emblemáticas, pues se subió al podio para colgarse el oro en 100 mariposa y tan solo media hora más tarde conquistaba la carrera de 200 libre, con récord del mundo incluido.
Se retiró Ender, poseedora también de diez medallas mundiales (ocho oros y dos platas) tras esos Juegos, jovencísima, pero habiendo ya rebajado 22 plusmarcas.
Aunque sus servicios a la República Democrática Alemana tal vez no acabaron ahí, ya que se casó con su compatriota Roland Matthes, que había sido tetracampeón olímpico en espalda, del que no tardaría en divorciarse: una presunta operación de estado como posible matrimonio de conveniencia. Más estable sería su relación con Steffen Grummt, medallista olímpico en atletismo y más adelante también mundial en bobsleigh.

Frente aquella explosión de pubertad se encuentra la formidable longevidad de Ledecky, cuyo despliegue es tan dominante que aun contando con 28 años todavía puede sumar siete récords del mundo individuales más para igualar a Ender.
A corto plazo, no en vano, dispone de dos oportunidades. Por un lado, del 3 al 7 de junio se disputan los Trials de Estados Unidos, en Indianápolis. Por otro, y más importante, del 27 de julio al 3 de agosto llegarán los Mundiales de Singapur. Y ella aspira a culminar su carrera en casa, en Los Ángeles 2028. Queda magia para rato.
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