Gkolomeev, el primer ‘récord mundial’ de la historia con dopaje deliberado
El nadador griego, que ostenta el 87º mejor tiempo real en 50 libre, se presenta en los ‘Enhanced Games’ como “el primer superhombre”, al rebajar con trampas la inflexible plusmarca de Cielo.


Han existido y, lamentablemente, a buen seguro que seguirán dándose casos de dopaje en la natación, desde la extinta Alemania Oriental a Sun Yang, ya de vuelta tras más de cuatro años de sanción. Lo que hasta ahora no se había visto es el alarde de esta suerte de trampa con tal de alcanzar un récord del mundo (y su premio), y mucho menos que ello se presente como una hazaña y se le dedique incluso un documental a modo de acontecimiento épico. Todo ello ha ocurrido en las últimas horas, con el campeón mundial James Magnussen y, sobre todo, con el oro europeo Kristian Gkolomeev, en el marco de los ‘Enhanced Games’ o Juegos Mejorados.
Este último, griego de origen búlgaro, se presenta desde este pasado miércoles por la noche en su perfil de la red Instagram como “el nadador más rápido de la historia”. Algo que no se corresponde con sus registros en World Aquatics, donde aparece con el 87º mejor tiempo de siempre en los 50 metros estilo libre, con una marca de 21.44, la que le valió la plata en el Europeo de 2018. Y, sin embargo, él se jacta de haberla rebajado a 21.89, dos centésimas por debajo del récord del mundo que el brasileño Cesar Cielo estableció en 2009 con el controvertido traje de poliuretano (21.91), y de haber alcanzado un 21.03 con bañador textil, mejorando el también imbatido 21.04 de Caeleb Dressel en los Trials estadounidenses de 2021.
20.89
— SWIMNERD (@SwimNerds) May 21, 2025
Kristian Gkolomeev breaks Cesar Cielo's Super Suited 50 Free World Record to Kickstart the Enhanced Games pic.twitter.com/SHLYuGzv48
Ese supuesto récord mundial de Gkolomeev aireado ahora se produjo en febrero, pero jamás será homologado. En primer lugar, porque no lo logró en ninguna competición, sino en un centro de entrenamiento, en el Greensboro Aquatic Center, de Carolina del Norte, y ante jueces digamos que parciales. Y segundo y más importante, porque lo ha conseguido dopado. No es necesario someterle a ningún control: esas son sus reglas o, como ellos lo llaman, el “protocolo”.
Por un millón de dólares
Se trata de los ‘Enhanced Games’, presentados este miércoles por la noche en Las Vegas, donde teóricamente se disputarán el próximo año y que cuentan con unas normas cuando menos especiales: está permitido el uso de sustancias dopantes, supuestamente bajo control médico, con tal de ser los más veloces de la historia. Y, en el caso del 50 libre de natación, igual que en los 100 metros de atletismo, el premio es de un millón de dólares.
El cheque ya lo tiene en sus manos Gkolomeev, que tras dos meses de entrenamiento y dopaje pasó de su 21.59 en los Juegos de París 2024 al 20.89 que en condiciones normales supondría el récord del mundo. Y precisamente ha sido Brett Hawke, el australiano que entrenó a Cielo (20.91) y a Frederick Bousquet (20.94), los dos nadadores de verdad más rápidos de la historia -ambos en 2009 y con bañador mágico-, su gurú en este camino. “No es otro récord que se rompe, es la línea entre lo posible y lo imposible”, asegura Hawke en el documental.
Pero el griego no está solo en esta aparente lucha por ser “el primer superhumano”, que así se titula la película y tal cual la presentaron también en la puesta de largo de los ‘Enhanced Games’, en Las Vegas. También lo ha estado intentando el campeón mundial James Magnussen, quien llevaba sin competir desde abril de 2018.

En su caso (ahí va un spoiler), por ahora no lo ha conseguido, pues su mejor tiempo (al menos, el mejor que aparece en el documental) es de 22.73, con poliuretano. Pero sí muestra directamente cómo se dopa con pinchazos, aunque él alega ante las cámaras que nada de lo que hace es ilegal, “tengo prescripción médica”, afirma.
Con la ayuda de sustancias como péptidos o testosterona, el australiano es capaz de pasar de los seis entrenamientos semanales que soportaba en su país a los 14 en Estados Unidos. Pero también acusa una contraindicación clara: su masa muscular (y, por tanto, su peso) aumenta tanto tras dos semanas de dopaje, que su flotabilidad mengua drásticamente.
Govorov, el último en sumarse
Son tres meses los que emplea en alcanzar esa marca de 22.73, a todas luces insuficiente, pero que justifica de la siguiente manera: “La diferencia es que desde ahora y hasta los Juegos Mejorados voy a seguir entrenándome, no voy a estar siete años parado”.
Y a ellos se añadirá en breve el ucraniano Andrii Govorov, vigente plusmarquista mundial del 50 mariposa, quien tan solo unos días después de anunciar su retirada confirmaba este miércoles que se ha unido a este controvertido y peligroso reto.
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