La villa en la que el hockey patines eclipsó al Barcelona-Inter
Coincidió el partido de la Champions con la llegada de las campeonas del mundo del Vila-sana a su pueblo, y sus 753 vecinos se volcaron sin dudarlo a celebrarlo con una rúa en tractor.


A pocos se les ocurrió mirar el reloj. Y menos, maldecir su suerte, al saber perfectamente que el momento que tanto habían esperado iba a coincidir con todo un Inter de Milán-Barcelona de las semifinales de la Champions. No se produjo este martes ningún apagón en la población de Vila-sana (Lleida), pero sus apenas 753 habitantes no sufrieron ningún dilema: entre el fútbol y sus campeonísimas, no había color posible.
Sobre las 20:30, media hora más tarde de lo planificado, llegó hasta la localidad la plantilla del Club Patí Vila-sana Cooperativa d’Ivars, proclamado campeón del mundo de hockey patines en la madrugada del domingo al lunes en San Juan (Argentina), ante el Fraga, y que vaya si merecía un recibimiento por todo lo alto. Por el hito histórico conseguido y por su odisea en la vuelta a casa, con unos 12.000 kilómetros recorridos en 31 horas y escalas en Mendoza (Argentina), Sao Paulo (Brasil), Madrid y finalmente aterrizaje en El Prat (Barcelona), donde la primera comitiva les estaba aguardando con un banderón, globos y muchos abrazos.
“¡Campeonas del mundo!”, se arrancaron a cantar las jugadoras, presas de la euforia y con el trofeo entre sus manos, a la que vieron a la multitud recibiéndolas junto a la Plaça de les Casetes, entre bengalas y una densa humareda. El pueblo en bloque las quiso acompañar, y respondió con el “¡Sí, sí, sí, la Copa ya está aquí!”.
Fue el anticipo de una rúa por la localidad en tractor, en que la jugadoras estuvieron acompañadas por los equipos Fem11 y Fem15, de la cantera, que también el domingo se proclamaron campeones de Catalunya. Y, entre todas, pusieron a prueba la amortiguación del remolque sobre el que se paseaban, por sus continuos saltos acompasando los cánticos de celebración.
La noche en que el hockey patines eclipsó al Barça se cerró, en términos organizativos, como suele suceder en estos casos: con los parlamentos desde el balcón del Ayuntamiento, donde la capitana, Maria Porta, recordaba: “Hace un año estábamos aquí llorando por haber perdido la final de la Champions, y quizá aún no somos conscientes de lo que hemos conseguido, de que somos campeonas del mundo, pero lo recordaremos para siempre”.

Y así, entrada la noche, las campeonas del mundo y de la Supercopa de España se citaron para después de la Liga y la Copa de la Reina.
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