Deportes acuáticos

Rusia ve en el agua su ocasión de oro para dejar de ser una ‘paria’

Su gran papel como neutral en el Mundial de piscina corta y la autorización de sus récords por parte de World Aquatics replantean la estrategia: Kolesnikov irá a Singapur y la artística se restituye.

Kirill Prigoda, Arina Surkova, Miron Lifintsev y Daria Trifimova.
World Aquatics
Iván Molero
Llegó al Diario AS como estudiante en prácticas en 2002, y desde que se licenció en Periodismo por Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, se ha especializado en la información del Espanyol, sobre el que también ha co-escrito libros, todo ello atendiendo al seguimiento de otros equipos, deportes y eventos desde la delegación de Barcelona.
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“Felicito a nuestros nadadores por sus logros en competiciones internacionales. A pesar de las circunstancias, mostraron su alto nivel y habilidades al mundo entero, y estoy seguro de que aún podrán sorprender más a todos”. La arenga es de este pasado fin de semana, y procede del presidente de la federación acuática rusa. Se trata de Dmitry Mazepin, un personaje que condensa lo que hoy es Rusia: poderoso oligarca, polémico empresario, exmilitar, cercano al Kremlin, con sanciones en el extranjero desde la invasión de Ucrania y padre del no menos controvertido expiloto de Fórmula 1 Nikita Mazepin. Un gigante dormido, vetado, que varía su estrategia para ‘conquistar’ el planeta desde las pocas rendijas que se lo permiten.

Apartado de las competiciones internacionales en la inmensa mayoría de deportes, ha visto Rusia una poderosa ventana de oportunidad en el agua. A pesar de que llevaban casi tres años -los que están a punto de cumplirse desde el inicio de la invasión- sin nadar en el extranjero, y de que deben seguir compitiendo bajo el estatus de neutrales, ya fueron 27 los nadadores y nadadoras de primer nivel que se apuntaron el pasado diciembre al Mundial de piscina corta de Budapest, con resultados casi insuperables: segundos en el medallero, solo por detrás de los Estados Unidos, con diez medallas (seis oros y cuatro platas). El único impedimento es que no pueden llevar banderas ni símbolos identificativos, tampoco atender a la prensa, ni suena su himno en el podio.

Ese fue el primer paso. El segundo, se trazaba a finales de la pasada semana, cuando World Aquatics confirmaba mediante una carta firmada de puño y letra de su director ejecutivo, Brent Nowicki, que los récords mundiales establecidos por Rusia en dicho Mundial de Budapest -dos júniors de Miron Lifintsev y uno absoluto en el relevo 4x100 estilos masculino (compuesto por Lifintsev, Kirill Prigoda, Andrei Minakov y Egor Kornev)- ya son oficiales. Ese escrito es el que precisamente despertaba la soflama de Mazepin.

“Me alegro de que la confirmación de los récords se haya producido sin ningún problema”, se ha felicitado en estos últimos días Lifintsev, partícipe de cinco oros en su debut fuera de Rusia con tan solo 18 años. “Esto demuestra la importancia de nuestra presencia en el escenario internacional”, ratificó un más experimentado Prigoda en el canal ruso Match TV. Y ahí está la clave.

Rusia ve en el agua su ocasión de oro para dejar de ser una ‘paria’
World Aquatics ha autorizado por escrito los récords registrados por Rusia (como neutral) en el Mundial de piscina corta de Budapest.World Aquatics

“Esto demuestra la importancia de nuestra presencia en el escenario internacional”

Kirill Prigoda, sobre los récords rusos en el Mundial de piscina corta

Porque nunca se sabrá cuántas medallas han dejado de ganar los nadadores del país estos tres años, ni cuántas carreras se han echado a perder, pero Rusia ya no está dispuesta a seguir encerrada. Y la demostración definitiva es Kliment Kolesnikov.

El doble medallista olímpico en Tokio 2020 y actual plusmarquista mundial del 50 espalda -récord que logró en pleno veto, durante la Copa de Rusia de 2023 en Kazán- ha pasado de considerar “inaceptables” las condiciones impuestas por World Aquatics, y de afirmar que sus compatriotas serían tratados en París 2024 como “parias”, a anunciar que se está preparando para los Mundiales de Singapur de este próximo mes de julio y para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Así lo confirmaba Kolesnikov hace unos días en una entrevista con el portal Meta Ratings. “Mis planes incluyen la participación en Singapur. Estoy estudiando a mis adversarios y preparándome para el campeonato”, confesó, por una parte. Y, por otra, preguntado por los próximos Juegos, afirmó: “Sí, tengo previsto nadar allí. Los aficionados deben esperarme en Estados Unidos”. El cambio de chip obedece, efectivamente, a los buenos resultados de Rusia en el Mundial de piscina corta de Budapest.

Rusia ve en el agua su ocasión de oro para dejar de ser una ‘paria’
Kliment Kolesnikov, nadando en 2021 en Abu Dabi, su último campeonato internacional hasta hoy.Francois Nel

“No sería lo más aconsejable quedarme sentado mientras el resto ganan medallas en Singapur”

Kliment Kolesnikov, sobre los Mundiales del próximo verano

“Antes de que mis compañeros nadaran en Budapest, mi postura era de insatisfacción con las reglas existentes. Pero cuando regresaron del Mundial, algunos de ellos insistieron en que sería muy bueno que todo el equipo, incluido yo, participáramos en las competiciones internacionales”, expresó el espaldista, quien abundó: “Después de eso, rondaron por mi cabeza pensamientos de que no sería lo más aconsejable quedarme sentado mientras el resto ganan medallas en Singapur”.

Más competencia para Hugo González

“Esto podría suponer un impulso para el deporte ruso”, sentenciaba un Kolesnikov cuya reaparición puede afectar directamente al máximo exponente de la natación española: Hugo González. Aunque tanto él como el propio Lifintsev se defienden mejor en distancias de mayor velocidad, 50 y 100 metros espalda, puede plantarle cara en una prueba de 200 espalda en la que el mallorquín defenderá en Singapur su vigente título mundial, conquistado hace justo un año en Doha.

Pero la natación en línea no será el único desafío para España. Si en un deporte acuático ha sido especialmente hegemónica Rusia ese ha sido la natación sincronizada, ahora artística, otra de las disciplinas grupales en la que puede volver a participar desde el pasado otoño, junto a los relevos en piscina y los saltos sincronizados de trampolín y plataforma (no así el waterpolo, por el o físico que entraña). Y a fe que lo harán.

Rusia ve en el agua su ocasión de oro para dejar de ser una ‘paria’
El equipo ruso de la antigua natación sincronizada.STAFF

La gran amenaza de la natación artística

Como ya reflejó AS el pasado noviembre, la seleccionadora rusa, Tatiana Danchenko, acogió el levantamiento del veto con “felicidad”, después de haber pasado tres años compitiendo en su país o en competiciones de los BRICS (la asociación alternativa al G-7). Aunque ya no está la grandiosa Svetlana Romashina, e incluso se retiró su heredera natural, Varvara Subbotina, precisamente ante la imposibilidad en este tiempo de participar en grandes competiciones, la cantera rusa es inagotable y está llamada a reaparecer a lo grande en un nuevo contexto mundial, frente a una China que le ha usurpado el primer puesto en este periodo.

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Se abre un nuevo escenario mundial con el regreso de Rusia, por ahora con la denominación de Deportistas Neutrales B, que no está dispuesta a desaprovechar. Los Mundiales acuáticos de Singapur 2025, del 11 de julio al 3 de agosto, serán la primera gran prueba de fuego.

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