Tania Moreno-Daniela Álvarez, una pareja para la historia

De manera insospechada en los Juegos de París 2024 la madrileña Tania Moreno (Majadahonda, 1,74 metros) y la asturiana Daniela Álvarez (Gijón, 1,86) se llevaron un diploma olímpico en vóley playa. Llevan juntas desde 2017, y han estado cuatro años disputando la Liga Universitaria de Estados Unidos con la Universidad Cristiana de Texas (TCU), en la que han acabado esta primavera por todo lo alto: “Hemos hecho historia porque es la primera vez que una universidad que no es de California se lleva el título”, reconoce orgullosa Daniela; Tania completa datos de una final agónica: “Jugábamos contra Loyola Marymount por el título y nunca le habíamos ganado. Cuando llegamos al tie break vemos que íbamos empatados (2-2), y en las pantallas se ve que sólo quedaba nuestro partido. Entonces lo hablamos en el banquillo, que había llegado nuestro momento”.

Lo que vino después fue “indescriptible”. “Una euforia que nunca habíamos vivido, superior a los Juegos”, reconoce Tania. A Daniela le supuso el nombramiento de mejor jugadora individual: “Entré en el mejor equipo de la temporada. Tania quedó en el segundo, pero creo que fue porque estuvo un mes lesionada”.

Tania tenía que ser jugadora de vóley playa: su padre es un histórico de este deporte y su madre, de origen ruso (ahora entrenadora en Florida), fue una jugadora destacada, con la que llegó a formar pareja en algunos torneos incluso. Pero Daniela jugaba desde los tres años al tenis, hasta que a los 16 se decantó por el vóley en el Covadonga de Gijón: “Coincidía con Alcaraz en los torneos de menores, pero no me arrepiento del cambio, porque como tenista tal vez hubiese acabado también en Estados Unidos, pero nunca hubiese aparecido entre las mejores”.

En pocos meses, Daniela pasó de Gijón a Lorca (Murcia), donde la emparejaron con Tania en el Centro de Tecnificación. Desde entonces no se han separado. “Tania es una de mis mejores amigas”, dice Daniela, mientras que la madrileña acepta que “un poco sí” lleva la voz cantante en la pareja “pero siempre con respeto de las ideas de Daniela”. Ambas coinciden que llevar tanto tiempo juntas es un sello de las mejores parejas históricas españolas (Herrera/Gavira y Lili Fernández/Elsa Baquerizo): “Vamos abriendo camino a las nuevas generaciones”, sentencia Moreno.

En los Juegos, Daniela cree que cumplieron “porque con 22 años cada una, el objetivo era entrar en los cuartos de final. Siempre se sueña con medallas, pero debutar con un diploma está muy bien”.

Este año la meta es llegar al Mundial, “pero hay que correr mucho”. “Las parejas que juegan en Estados Unidos se pierden las pruebas de primavera que coinciden con la Liga propia”, cuenta Tania, y Daniela afirma que “estudiar y hacer deporte en Estados Unidos es incomparable. No se tiene ventaja en los exámenes, pero colaboran contigo para que puedas estudiar y jugar”.

Han acabado sus cuatro años saliendo por la puerta grande, y sienten un poco de tristeza del fin de una etapa, aunque Daniela aún tiene un par de meses en otoño para acabar un máster: “Soy buena estudiante”. Y Tania también espera matricularse en otro, en la UCAM de Murcia.

Las dos están de acuerdo en dedicarse en cuerpo y alma al vóley inmediato “y hasta donde permita el cuerpo”, que ahora las están dando alguna señal, como en el Future de Madrid, que se retiraron, por lesión de ambas “aunque era un poco por prudencia pensando en el Elite que llega”, contesta Moreno. que reparte muchos puntos para el ranking en esa carrera a contrarreloj para hacerse un hueco en el Mundial.