Una nueva historia olímpica: “Podemos conseguir dos o tres medallas”
El nuevo presidente de Montaña y Escalada, Bernat Clarella, visita AS en un momento ilusionante. En los Juegos de Milán-Cortina, el esquí de montaña puede marcar un antes y un después.
La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) es una federación muy particular. Por muchas razones, aunque dos destacan por encima del resto. En primer lugar, está su variedad, con nueve disciplinas a su cargo, cada una de su padre y de su madre: alpinismo, barranquismo, carreras por montaña, escalada y paraescalada, escalada en hielo, esquí de montaña, marcha nórdica, raquetas de nieve, senderismo y snowrunning. En segundo lugar, porque está presente tanto en los Juegos de Verano como en los de Invierno. Además, siendo una estructura neonata en el olimpismo. En Tokio 2020, debutó la escalada, con el oro de Alberto Ginés. En Milán-Cortina 2026, debutará el esquí de montaña, que también promete un estreno soñado: Oriol Cardona y Ana Alonso, subcampeones del mundo de forma conjunta el pasado marzo en Morgins (Suiza) y ganadores de la general de la Copa del Mundo este abril, permiten pensar en grande.
Desde finales de enero, el encargado de gestionar todo este batiburrillo, tan exigente como ilusionante, es Bernat Clarella Biarge. Bombero de profesión, al frente de la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FEEC) entre 1997 y 2001 y con pasado como director técnico a nivel nacional, el catalán (65 años) relevó a Alberto Ayora en la presidencia de la FEDME con el objetivo de “fortalecer la federación, impulsar la estabilidad económica y fomentar el consenso dentro del organismo”. También, por supuesto, con esa oportunidad por delante que puede suponer un antes y un después en los Juegos de Invierno a nivel nacional. A lo largo de toda su historia, España sólo ha podido sumar cinco medallas en ellos, y cada una es un milagro. El próximo año, el esquí de montaña (skimo) por sí solo podría aportar más de la mitad de lo que ahora luce en el palmarés. “Podemos conseguir entre dos y tres medallas”, lanza el nuevo jefe de Montaña y Escalada, que visita la redacción de AS tras dos meses de mucho trabajo para alcanzar dicha meta.
Los dos nombres para esas tres medallas (dos individuales y una en relevo mixto), como se anticipaba, son Cardona y Alonso, aunque con ellos viajarán otros dos representantes (una plaza ya es segura y la otra se espera por ranking) que también tendrán opciones de “campanada”. “Tenemos mucho potencial y muy buenos técnicos. La federación suiza, de hecho, puso una morterada encima de la mesa para llevarse a nuestro seleccionador (Jordi Martín). Esa es la tónica. Hoy en día, el equipo chino, el canadiense y el japonés también están entrenados por españoles. La tradición aquí siempre ha sido muy importante. La Internacional, de hecho, prácticamente nació aquí”, explica Clarella sobre un deporte que, hace no tanto, dominaba Kilian Jornet (14 medallas y ocho oros en Mundiales, el último en 2017) con puño de hierro. “Es un precursor de esto y uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Decidió apartarse de la competición y ahora está en una época más purista, con locuras como la de conectar los 82 cuatromiles de los Alpes en 19 días”, le dedica a la gran figura del montañismo español.
Sin Jornet, tras el que entrenaban las nuevas figuras españolas hasta que petaban, Cardona, con dos oros mundiales seguidos a título personal, y Alonso, que fue cuarta en Morgins, son los elegidos en una prueba trepidante, que no llega a los tres minutos en su formato olímpico individual (se asciende ladera arriba usando pieles sintéticas en los esquís para mejorar el agarre sobre la nieve y, una vez en la cima, se quitan las pieles de un zarpazo y esquían cuesta abajo). Clarella, que recientemente se reunió con el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, con ese objetivo, quiere crear una estructura para sacarles el máximo potencial. “Queremos trabajar para conseguir las tres medallas. Estamos planificando las temporadas de forma específica, ya que antes los esquiadores de montaña solían correr fuera del invierno, y eso es contraproducente. El verano pasado, ya empezamos con concentraciones en altura. Ahora, queremos comprar unas máquinas que sirven para entrenar el esquí de montaña sobre una cinta. Y también estamos potenciando mucho el entrenamiento de los cambios de las pieles, que se hacen en el gimnasio y en seco”, desgrana el presidente de la FEDME.
Un nuevo proyecto para ‘los’ Alberto Ginés
Esa búsqueda de una mayor profesionalización también se extiende a la escalada, el otro deporte de la Federación con carácter olímpico. “Nuestras disciplinas vienen del amateurismo y el tradicionalismo total. Cuando se entra en los Juegos, todo cambia por completo”, remarca Clarella. Con la previsión de que, en Los Ángeles 2028, la escalada se dividirá en tres pruebas (en Tokio hubo una y en París, dos), la FEDME ya ha trazado un plan de trabajo mucho más específico para sus deportistas. Habrá entrenadores para cada una de las especialidades (velocidad, dificultad y bloques) y todo el entramado estará coordinado por Andrea Cartas y David Macià, el técnico que acompañó a Alberto Ginés en su oro y del que, “de forma precipitada”, se filtró que se iba a prescindir. “Vamos a cuidar todas las especialidades, tanto en masculino como en femenino. En velocidad, por ejemplo, ya hemos fichado a Mateusz Miroslaw, el entrenador de la chica que ganó el oro en velocidad en París (Aleksandra Miroslaw)”, avanza.
De esta forma, a día de hoy, el esquí de montaña y la escalada son dos de los grandes frentes de una entidad que abarca mucho más. Sin ir más lejos, la FEDME es la cuarta federación española en cuanto a número de licencias (la tercera en femeninas), con 300.000 en total. Pese a ello, la economía está lejos de los números deseados. “Estoy empezando a trabajar comercialmente con las federaciones territoriales. Además de bombero, también tenía una empresa en la que distribuía material de montaña. Con ese bagaje en la visión comercial, quiero buscar caminos más visuales y prácticos para hacer crecer los recursos propios”, explica Clarella, con la idea de explotar mejor muchas de las instalaciones ya existentes y unir fuerzas con otras federaciones (como la de patinaje) para crear eventos “más atractivos” bajo el paraguas de “deportes urbanos” que el propio COI promulga. El día a día de una federación tan grande como variopinta.
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