Todo a la cuerda: Alberto Ginés parte hacia Los Ángeles con un bronce

Nada más terminar los Juegos de París, Alberto Ginés deseó olvidarse para siempre de los bloques, lo que le privó de volver a pelear por las medallas olímpicas. “Me quedo, sobre todo, con la parte de la cuerda. Estamos entre los tres mejores del mundo y, con los recursos necesarios y que llevamos tanto tiempo pidiendo, estamos en el top. Aparentemente, se van a separar las disciplinas y no va a haber más combinada, por suerte (risas). Si me puedo olvidar de los bloques y centrarme sólo en la cuerda, que es lo mío y lo que me gusta... podemos pensar en algo guay para Los Ángeles", expresó el escalador español en AS después de quedar séptimo en tierras sas. Deseo concedido.

En Tokio, con oro para el español, sólo hubo una prueba de escalada, en la que se combinaron las disciplinas de bloques, velocidad y cuerda de dificultad. En París, la velocidad se separó y la cuerda y los bloques siguieron juntos. En Los Ángeles, efectivamente, habrá tres podios para la escalada, uno por cada una de las modalidades mencionadas. Este domingo, Ginés empezó a demostrar que, así, sus opciones de volver a colgarse un metal olímpico aumentan sobremanera. El español, en su vuelta a la acción tras los Juegos, se colgó el bronce en ‘su’ dificultad (en los París, también fue el tercer mejor en esa parte) en la primera Copa del Mundo de la temporada, celebrada en Wujiang (China). Un gran punto de partida.

No fue una sorpresa. En primer lugar, por la calidad de Ginés en la cuerda. En segundo, por su puesta en escena en las eliminatorias previas, pasando como primero tanto en cuartos de final (igualado con varios escaladores) como en semifinales (igualado con el japonés Sorato Anraku). En la lucha por las medallas, no se quedó lejos de lo más alto, tanto en la clasificación como en la pared china, en la que subió hasta lograr un 39+, muy cerca de la plata, conseguida por Suzuki Neo (40+), y el oro, que se terminó colgando su compatriota Anraku (top), subcampeón olímpico en París y ganador de la general de dificultad en la Copa del Mundo del año pasado.

Para Ginés, el bronce viene acompañado de varias alegrías. En la parte más resultadista, supone su primera medalla en el circuito internacional desde septiembre de 2023 (en julio, antes de unos Juegos a los que llegó lanzado, rozó el podio en Chamonix). Yendo un poquito más lejos, constata que el español parece haber dejado atrás una lesión en el dedo gordo del pie izquierdo que, desde marzo del año pasado, le había traído muchos dolores de cabeza. “Para competir, me infiltro con anestesia y no me duele, pero, cuando se pasa el efecto, me duele bastante. Tenemos que verlo. No hemos tenido tiempo para descansar y hacerlo. He ido tirando poco a poco con ello”, lamentó después de su actuación en París. El dolor parece haber quedado atrás. Y los bloques, también.

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