Cine
El mayor agujero de guion de ‘Matrix’: por qué usar humanos como baterías no tiene ningún sentido
Una versión preliminar del guion de la primera ‘Matrix’ revelaba que las máquinas usaban a los humanos no como baterías, sino como procesadores.

La saga ‘Matrix’ plasmaba un futuro aciago en el que las máquinas esclavizan a la humanidad para usarlos como su principal fuente de energía. Aunque reducir a los humanos a simples pilas era una metáfora visual muy potente, se trataba de un absoluto disparate desde un punto de vista estrictamente científico, puesto que la capacidad de generación de energía de las personas es muy limitada. Se trata de un agujero de guion derivado de un cambio drástico en la razón por la que las máquinas sometían a los humanos.
‘Matrix’: usar seres humanos como pilas es posible, sí, pero un disparate cómicamente ineficiente
En la primera película de la saga ‘Matrix’, estrenada en 1999, se revela que la realidad en la que vive Thomas Anderson, alias Neo —Keanu Reeves— es realmente una simulación por ordenador muy avanzada. Su cometido principal es “pacificar” las mentes de los humanos conectados al sistema mientras que las máquinas extraen energía de sus cuerpos. En esencia, los humanos son pilas, y son cultivados para generar electricidad.

Aunque la explicación es clara y es algo técnicamente posible, se trata de un disparate desde el punto de vista biológico y termodinámico. Por un lado, los seres humanos necesitamos consumir energía en forma de comida para mantenernos vivos y mantener activas otras actividades fisiológicas como la digestión, el bombeo de sangre o conservar la temperatura corporal. Pero la gran paradoja de las películas de ‘Matrix’ reside en que el cuerpo humano está diseñado para conservar y usar energía de una manera tan eficiente que extraerla sin dañarlo es inviable.
En otras palabras: mantener vivo a un ser humano consume más energía de la que jamás se podría extraer de él, poniendo en entredicho toda la viabilidad del “sistema” ideado por las máquinas. Además, la conversión de energía química —la comida— a energía eléctrica en un cuerpo humano es mínima, y nada eficiente. Incluso aunque se conectase una persona a una dinamo, no serviría ni para proporcionar energía a una linterna pequeña.

En realidad, se recurrió a esta explicación como una concesión lógica para hacer más digerible la trama de las películas. En uno de los libretos preliminares de la primera ‘Matrix’, el motivo original por el que las máquinas esclavizaban a los humanos era para acceder a la capacidad de procesamiento de sus cerebros. Es decir, el plan era usar a los humanos —o, más concretamente, sus cerebros— como procesadores biológicos con los que expandir y mantener sus propios sistemas informáticos.
A lo largo de múltiples entrevistas con el paso de los años, y también mencionado en obras como ‘The Art of The Matrix’, los productores insistieron en que la explicación original era demasiado enrevesada, por lo que había que simplificar la trama. Fue en este punto del proyecto en el que se llegó a la conclusión de que había que hacer que el motivo del conflicto fuese más “evidente” y visual: los humanos serían tratados como baterías vivientes por las máquinas, aunque sea algo inviable en la vida real. En ‘Animatrix’ se ahondaría en los orígenes de la guerra entre humanos y máquinas, y cómo estas últimas necesitaron usar a los humanos como baterías para subsistir después de que la atmósfera entera del planeta quedase opacada por una nube densa y oscura en un último intento desesperado de privar a las máquinas de energía solar.

Irónicamente, en la actualidad el concepto de cerebros humanos como procesadores que contribuyen a una red general no es algo tan complejo de entender, ya que las redes neuronales modernas, clústers informáticos y modelos de lenguaje de gran tamaño como ChatGPT tienen un funcionamiento similar a esta idea inicial del guion de ‘Matrix’. A grandes rasgos, el que el cerebro de cada persona conectada al sistema funcionaría como un nodo de procesamiento individual dentro de una gran red descentralizada.
En definitiva, uno de los puntos clave de la narrativa de la franquicia ‘Matrix’ no solo no está respaldado por la ciencia, sino que nació como una manera de hacer más amigable para las audiencias la historia contada. La versión final se convirtió en un icono de la cultura pop, algo referenciado y parodiado en innumerables ocasiones. Y no es para menos; la asociación de pila = humano es inmediata, intuitiva y posee un simbolismo muy potente: la deshumanización total y la reducción de las personas a un mero recurso. Pese a lo poco preciso y surrealista de la propuesta, es indudable que el cambio fue a mejor, y que sin él, esta historia no habría sido la misma ni hubiese tenido la misma repercusión.