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Tardan 20 años en encontrar este secreto en uno de los Mario Kart más infravalorados
Los atajos de los juegos de carreras de Super Mario son ya todo un clásico pero este en concreto no puede ser más rebuscado; y efectivo también.
Mario Kart, la famosa saga de carreras arcade protagonizada por toda clase de personajes pertenecientes al universo Super Mario, ya calienta motores para dar la bienvenida a su nueva entrega: Mario Kart World para Nintendo Switch 2. Es por ello que muchos fans están recuperando anteriores entregas de la saga para recordar algunos de sus personajes y circuitos favoritos, no sin recurrir a las ya clásicas triquiñuelas para lograr los mejores tiempos a través de los atajos más insospechados; todo un clásico en la saga. Y han tenido que pasar hasta 20 años para descubrir uno de los atajos más rebuscados y, a su vez, efectivos.
Los atajos más rebuscados de Mario Kart
Y es que los speedrunners tienen con Mario Kart la gran oportunidad de hacer valer sus habilidades a los mandos logrando los mejores tiempos en todos y cada uno de los circuitos disponibles en cada entrega de la saga. Y los famosos atajos son parte esencial de estas marcas tan vistosas. Tanto es así, que son muchos los jugadores que buscan continuamente cómo engañar al juego valiéndose de posibles fallos de diseño de los circuitos o malabares imposibles para terminar en la otra punta del trazado en un suspiro.
Este es el caso de Mario Kart DS tenemos hasta tres oportunidades para aprovechar un atajo que se ha tardado 20 años en descubrir. Concretamente, podemos seguir la misma técnica en el circuito de Luigi’s Mansion, el Pinball de Waluigi y en Plaza Delfino. El truco consiste en rebotar contra el suelo y usar un champiñón turbo para lograr un salto que sobrepase las barreras del circuito, para así poder llegar a una sección del circuito mucho más adelantada, logrando reducir el tiempo por vuelta de forma considerable.
Dicho atajo ha abierto la puerta a nuevos récords en estos tres circuitos, rebajando los tiempos por vuelta de forma exagerada; aunque sea con trampas. En lo personal, siempre recuerdo un pequeño atajo que descubrí en su día en Mario Kart 64, en una época en la que no había vídeos en Internet en los que copiar esta clase de trucos. En concreto, había una posibilidad de terminar en la otra punta del circuito de Wario chocando con un champiñón turbo contra uno de los montículos del estadio que delimitaban el trazado, acabando de golpe y porrazo en una sección mucho más adelantada para lograr rebajar el tiempo por vuelta al máximo.
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