Opinión

Camavinga, el tapado de este gran Madrid

El Madrid dio en Arabia la medida real de sus posibilidades para esta temporada. Jugando así puede aspirar a ganar todos los títulos, incluida la Champions.

El centrocampista francés del Real Madrid Eduardo Camavinga disputa un balón ante el centrocampista del Mallorca Omar Mascarell
Alberto Estevez
Marco Ruiz
Nació en Granada en 1977. Licenciado por la Universidad Europea, entró en AS en 1999, por tanto, es canterano y ‘one club man’. Tras hacer la información del Atlético dos años pasó a formar parte de la sección del Real Madrid, de la que ahora es su Redactor Jefe. Cubrió la Eurocopa de 2008, tres Mundiales de Clubes y una final de Champions.
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El Madrid dio en Arabia la medida real de sus posibilidades para esta temporada. Jugando así puede aspirar a ganar todos los títulos, incluida la Champions. Ya es una realidad, Ancelotti ha dado con la tecla y el equipo funciona con un 4-2-3-1 que ha dado a Bellingham tantos galones hasta convertirlo en el líder imprevisto, con permiso de Vinicius y Mbappé, de este equipo estelar. La primera media hora fue de lo mejorcito de esta temporada. Con el inglés luciendo de todocampista, Mbappé sin temor a ir a quitarse defensores de dos en dos, Vinicius percutiendo y Rodrygo apareciendo por todo el frente del ataque de manera brillante y eficaz. Fue un milagro que el partido se fuera 0-0 al descanso. Y sólo era cuestión de tiempo que los goles fueran cayendo... como sucedió.

El último en llegar ha sido Camavinga. Muy condicionado por las lesiones en el primer tercio de la temporada, Ancelotti le dio en esta semifinal los galones que tiene planeados para él. Con Valverde, forma un mediocentro pletórico de fuerza capaz de romper líneas conduciendo y de hacer coberturas a uno y otro lado (para tapar a Bellingham y Rodrygo) sin descanso. El francés se marcó un partidazo de principio a fin. Exuberante en lo físico, sin meterse en problemas en la salida de balón e incluso con fuerza para llegar al área rival. Un medio moderno con todas las letras... y en mayúsculas. Con él y Rodrygo, el Madrid ya puede recitar su once de esta temporada de memoria.

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