El diván del psiquiatra
El Real Valladolid está atrapado en una encrucijada. Ni lo compra nadie, ni a Ronaldo se le nota energía.
Se acabó la Liga en Zorrilla. Queda el trámite de Leganés que el Valladolid perderá en Butarque y fin de la temporada. La peor de la historia del club. Por números, por sensaciones, por falta de ilusión y por la incertidumbre que se ha apoderado de todos los estamentos de la entidad blanquivioleta. Ahora mismo no sabemos quien será el propietario la próxima temporada. No sabemos quien será el director deportivo, ni el entrenador, ni sabemos quienes serán los jugadores que tendrán que llegar, ni cuantos abonados habrá. Ahora mismo todo son dudas y todo son miedos en torno a la institución blanquivioleta. Es el día a día actual del club. Con empleados desilusionados que viven las 24 horas sin saber que será de su futuro. Con una afición decepcionada y que puede en una parte importante desertar el año próximo de Zorrilla. Todo son temores e incógnitas. Así estamos.
Y encima, este domingo, soportando insultos de parte de los aficionados del Alavés y viendo como el rival celebra la permanencia en tu estadio ante la inoperancia del equipo de Álvaro Rubio, un día más. Lógico que los de Coudet y sus seguidores lo celebraran, seguirán un año más en Primera. A nadie le puede molestar. Los insultos sí molestan, eso es otra cosa. No vienen a cuento. No había tensión en la grada ni nada contra el Alavés. Fueron los de siempre actuando como siempre.
Y mientras sin noticias de la venta del club. El financiero Gabriel Solares, presente la semana pasada en Zorrilla, es lo único a lo que agarrarse. Tras un periodo de confidencialidad y obtención de información de como está el club, Solares y los que tienen el dinero y están por detrás deben mover ficha ya. O aparece y se plasma encima de la mesa la oferta mexicana o Ronaldo seguirá siendo el dueño del Real Valladolid. No hay más opciones de compradores a día de hoy. Ronaldo tiene asimilado que con el Real Valladolid puede llegar a perder dinero pero no está dispuesto a regalar el club.
El Real Valladolid está atrapado en una complicada encrucijada. Ni lo compra nadie, de momento, ni a Ronaldo se le nota la más mínima energía para hacer reflotar la situación. Ayer estaba en Italia viendo la Formula 1 ajeno a lo que acontecía en Valladolid. Aquí quedan empleados desgastados que no saben cual será el futuro más inmediato de la entidad. Por aquí queda Luis García, con un relativo mando en plaza, Jorge Santiago, Mazziotti y Catoira, que sigue siendo director deportivo pero que parece que no continuará. Y mientras, ayer en la grada, en la tribuna principal, Luis Pérez, sonriente, haciéndose foto tras foto con los aficionados, pero no puede saltar al campo a jugar. Y el jugador que más cobra vetado y sin convocar. Todo de diván de psiquiatra.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos