“No olviden a la mujer afgana”
La sociedad actual avanza a una velocidad tan frenética, que se pasa página demasiado rápido...

La segunda edición del Congreso Deporte en Positivo nos dejó muchas frases para la reflexión, de esas que llegan al corazón. Imaginen, por ejemplo, a Virginia Torrecilla afirmando: “El deporte me ha salvado la vida”. O a Tomás Bellas, a su lado, aconsejando a otros convalecientes de cáncer que disfruten de las pequeñas cosas. Hubo muchos ejemplos de superación. Mensajes duros, muy duros, que al ser verbalizados abrían una puerta a la esperanza. Es difícil elegir entre las 21 mesas que se sucedieron en el Círculo de Bellas Artes, con deportistas tan relevantes como Teresa Perales, Carolina Marín, Laia Palau, Marc Tur, Ivana Andrés, Laia Sanz, Jordan Díaz, Miriam Gutiérrez… O con dirigentes de tanto peso como Alejandro Blanco, Javier Tebas, Javier Guillén y José Manuel Rodríguez Uribes.
Pero yo me quiero quedar con el mensaje que lanzó Latifa Sakhizada, una refugiada afgana, jugadora de baloncesto en sillas de ruedas. “No olviden a la mujer afgana, no la olviden”, dijo ante un estruendoso aplauso. No elijo esta frase porque defienda una causa más importante que las demás. Todas las causas de AS Deporte en Positivo son grandes causas. Sino por su insistencia en que no debemos olvidar. Me recordó a las viñetas del inolvidable Forges, cuando añadía aquello de ‘No te olvides de Haití’. La sociedad actual avanza a una velocidad tan frenética, que se pasa página demasiado rápido. Da la sensación de que las grandes causas sociales a veces son tan efímeras como las modas. Así lo comenté en un corrillo con César Sempere, internacional de rugby, a quien la DANA le arrasó su instalación deportiva. ¿Recuerdan que hubo una DANA? Por eso, como dijo Latifa, “no se olviden de la mujer afgana”. Ni tampoco de Haití. Ni de Valencia. Ni de tantas causas por las que tenemos que seguir luchando. En el deporte encontraremos esa fuerza extra.
As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.
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