Pogacar agranda la leyenda

Han sido dos meses de ensueño. Exactamente, 60 días. Tadej Pogacar abrió la temporada el 27 de febrero en el UAE Tour y ha cerrado su primer bloque el 27 de abril en la Lieja-Bastoña-Lieja, con un rendimiento deslumbrante. Lo habitual, en su caso. Sorprendente, para cualquier otro. De una fecha a otra, ha acumulado 14 jornadas de competición, de las cuales ha ganado la mitad: siete victorias. Eso incluye dos Monumentos, el Tour de Flandes y Lieja, que bien podrían haber sido cuatro, porque subió al podio en los otros dos, tercero en la Milán-San Remo y segundo en la París-Roubaix de su debut, ambas ganadas por Mathieu van der Poel, el otro animador de las clásicas de primavera en versión adoquín. Pogacar ha aumentado a nueve su recolecta de Monumentos, con lo que empata en el escalafón de todos los tiempos con Constante Girardengo, Fausto Coppi y Sean Kelly, y ya solo ve por delante a Roger de Vlaeminck, con 11, y Eddy Merckx, su referente histórico, con 19.

El próximo 11 de octubre podría romper el desempate en el Giro de Lombardía, una carrera que ha ganado cuatro veces consecutivas. Pero eso será en su tercer bloque del año, no adelantemos acontecimientos. Pogi se tomará ahora un descanso antes de afrontar el segundo, que incluye su regreso en junio en el Dauphiné para preparar el asalto al Tour de Francia. Cambiará el tipo de carreras, las clásicas por las vueltas, y de rivales, con la entrada en escena de Jonas Vingegaard, especialmente, y de Primoz Roglic. El único ciclista que ha tumbado a Tadej en duelo directo en una grande ha sido Vingegaard, dos veces. Su grado de oposición, tras su caída en la París-Niza, es hoy una incógnita. Igual que la presencia de Pogacar en la Vuelta a España. Mientras se despejan esas interrogantes, el esloveno sigue a lo suyo. Suma y suma. Camino de la leyenda.

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